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La actualidad macroeconómica viene marcada por la crisis energética, la elevada inflación, el endurecimiento monetario llevado a cabo por los bancos centrales de todo el mundo y la guerra en Ucrania. Y ante esta situación, los analistas de Bankinter señalan que el mercado “deberá terminar de romperse antes de empezar a recomponerse”.

Este difícil contexto hace que la previsibilidad de las cifras sea mucho más baja que en los últimos 10 años. No obstante, Ramón Forcada, director de Análisis Financiero y de Mercado de Bankinter señala que “el ajuste del mercado aún no ha terminado, pero está cerca de completarse. El fin del ajuste tendrá lugar entre noviembre de 2022 y febrero de 2023”. A partir de ahí, entraremos en una fase de asentamiento del mercado, que “cogerá fiabilidad y luego iremos viendo, porque 2023 va a ser un año complicado. No sabemos cómo va a ser el invierno y la guerra se está complicando mucho”.

Durante la celebración de su tradicional Fórum Bolsa, y bajo el lema “Buscando el norte”, los expertos del banco español han analizado cómo están afectando en las carteras de renta variable todas las incertidumbres del entorno actual. Este escenario está dando lugar a que “la bolsa y los bonos estén más dirigidos por la geoestrategia que nunca”, indica Forcada.

Desde el departamento de análisis de Bankinter insisten en que “la recuperación va a ser lenta porque hay muchos factores en juego, y cuanto mejor le vaya a ucrania en la guerra, los riesgos serán mayores, ya que Rusia no puede perder y los medios que empleará asustan”.

No obstante, consideran que en la parte de bolsas estamos cerca de la fase de asentamiento, mientras que en la de bonos todavía falta más, “siempre que la parte geoestratégica no se complique”.

Para Bankinter, sin embargo, la anticipación es una de las claves del éxito del mercado y marcan como única referencia fiable estimar el S&P 500. “Cualquier nivel de entrada inferior a los 3.700 puntos del S&P 500 implica un riesgo de error asumible, siendo reducido en el rango de 3.500/3.300”.

Desde la entidad apuestan por el S&P 500 porque los resultados empresariales son la clave de revisión de las valoraciones y en Europa “las cifras son erráticas, aún no se han ajustado a la nueva situación y no son fiables”.

INFLACIÓN PEGAJOSA

Con respecto a la situación económica, Bankinter subraya que nos encontramos ante un ciclo en riesgo. “Los indicadores adelantados e intermedios están avisando y la clave no solo es el empleo, sino el deterioro de la renta disponible”.

En una comparativa entre las economías europea y estadounidense, ésta última, gracias a su solidez, podrá soportar mejor unos tipos de interés superiores. “Aunque en EEUU tampoco sale gratis el aumento de tipos y el empleo y el inmobiliario americanos ya ofrecen indicios de debilidad”, explica Forcada.

La economía europea, por su parte, es más vulnerable y todos los indicadores de confianza se encuentran en niveles preocupantes, especialmente Alemania. Asimismo, los precios de las materias primas son un problema “semiestructural”, aunque las estimaciones macro para 2023 son algo complacientes y “continúan revisándose a la baja”.

En cuanto a la inflación, Forcada la define como “pegajosa”, porque se trata de una inflación de oferta, cuando la tradicional es la de demanda, y los bancos centrales se están convirtiendo en parte del problema. Para ilustrar esta idea, el experto pone como ejemplo que “si se tiene trigo en unas cantidades determinadas, aunque subas los tipos para frenar los precios, no vas a tener más trigo porque hay poco en la cadena productiva”.

El director de Análisis cree que es difícil que los bancos centrales acierten. “Harán demasiado o harán demasiado poco y se equivocarán en el timing ante una inflación pegajosa”. Su apuesta es que la Reserva Federal (Fed) llegue hasta el 5% y el Banco Central Europeo (BCE) al 3,25%.

“Como decía Churchill, “si estás atravesando el infierno no te detengas””, ha concluido Forcada.

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