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El consumo de energía de la Unión Europea vuelve a niveles de hace dos décadas. Esa es la principal conclusión que se extrae del último informe sobre el mercado eléctrico publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la cual recorta el crecimiento de la demanda global de electricidad para el año 2023 hasta el 1,9% desde el 2,6% anterior. La cifra, que devuelve la demanda a niveles de 2002, supone un ritmo de crecimiento más lento que la media anual del lustro comprendido entre 2015 y 2019, el cual se situó en el 2,4%.

Según este organismo, la escalada de precios energéticos resultante de la invasión de Ucrania provocó que el consumo energético de la UE cayese un 3,2% en 2022, el segundo mayor descenso desde la crisis financiera de principios de siglo, el cual solo fue superado por el desplome de 2020 provocado por la pandemia mundial de Covid-19. Este ritmo continuará este año, ya que la Agencia prevé que el consumo eléctrico del club comunitario caiga un 3% en 2023, disminuyendo así "dos años seguidos a un ritmo sin precedentes desde la fundación de la Unión".

"La tendencia a la baja se hizo patente en el segundo semestre de 2022 y continuó hasta bien entrado el primer semestre de 2023. La demanda de electricidad de la UE en el primer semestre de 2023 cayó casi un 6% respecto al mismo periodo del año anterior", detallan desde la AIE.

Con todo, la Agencia Internacional de la Energía también prevé que un "modesto" repunte del 1,7% en 2024, pero con una "importante incertidumbre" ligada a la recuperación de la demanda industrial. "La mayor incógnita", subrayan, es qué parte de la reducción de la demanda ha sido temporal y qué porcentaje ha sido perdido de forma permanente.

En concreto, el informe examina en detalle las fuerzas que impulsan el descenso de la demanda de electricidad en la UE. Según la AIE, las industrias del bloque comunitario que hacen un uso intensivo de la energía todavía no se han recuperado de la caída de la producción del año pasado.

"Se calcula que casi dos tercios de la reducción neta de la demanda de electricidad de la UE en 2022 proceden de las industrias intensivas en energía que deben hacer frente a los elevados precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania. Esta tendencia se ha mantenido hasta bien entrado 2023, a pesar de que los precios de las materias primas energéticas y de la electricidad han bajado desde los máximos anteriores", explican.

EEUU, A LA BAJA; CHINA, AL ALZA

A nivel global, la AIE constata que los efectos provocados por la invasión de Ucrania siguen estando patentes, especialmente en las economías avanzadas. En consecuencia, y a pesar del "sólido" crecimiento en las economías emergentes, "así como de las ventas récord de vehículos eléctricos y bombas de calor que conducen a un aumento de las tasas de electrificación en los sectores del transporte y residencial", el organismo espera que el crecimiento de la demanda mundial de electricidad sea moderado en 2023.

No obstante, la Agencia estima que la demanda mundial de electricidad crecerá a una tasa del 3,3% en 2024, a medida que mejoren las perspectivas económicas.

Todo ello, a pesar de que la demanda menguará sustancialmente en Estados Unidos. Según la AIE, la demanda de la primera economía del mundo caerá al 1,7% en 2023 tras el repunte del 2,6% en 2022, impulsado por el crecimiento económico y las altas temperaturas. No obstante, el organismo prevé una recuperación en 2024 hasta el entorno del 2%.

De igual modo, esta estimación se produce en un contexto en el que el precio de la electricidad en Estados Unidos no solo es más bajo que en Europa, sino que es solo un 10% mayor que en 2019. "Los precios a plazo para 2023 y 2024 indican un nivel de precios relativamente estable, con precios comparativamente más altos en verano, que se verán impulsados principalmente por las expectativas de una oferta más ajustada en verano en muchas regiones de EEUU", detallan.

Por el contrario, China seguirá creciendo a buen ritmo. La AIE calcula que la demanda del gigante asiático aumente a un ritmo medio anual del 5,2% durante los próximos dos años, ligeramente por debajo de su media de 2015-19. A su vez, el crecimiento medio anual de la demanda de la India hasta 2024 se estima en un 6,5%, muy por encima de su media para el período comprendido entre 2015 y 2019.

MÁS RENOVABLES

Según el informe de la AIE, el aumento de la demanda mundial de electricidad sigue estando respaldado por la electrificación de los sistemas energéticos "a medida que se intensifican los esfuerzos para reducir las emisiones, por el creciente uso de la refrigeración en interiores a medida que suben las temperaturas y por el fuerte crecimiento de la demanda en las economías emergentes y en desarrollo". Y en ello, las renovables están teniendo un papel fundamental.

"Incluso aunque la demanda aumente en muchas regiones, el fuerte despliegue de las energías renovables en todo el mundo significa que ya están en condiciones de satisfacer todo el crecimiento adicional de la demanda mundial de electricidad en los próximos dos años. En 2024, la cuota de las renovables en la generación mundial de electricidad será de más de un tercio. Y dependiendo de las condiciones meteorológicas, 2024 podría convertirse en el primer año en el que se genere más electricidad a partir de renovables que a partir del carbón", sentencia la AIE.

Al mismo tiempo, se prevé que la electricidad generada a partir de combustibles fósiles disminuya en los próximos dos años. De hecho, se espera que para 2024 la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles se haya reducido cuatro veces en seis años. Se prevé que la electricidad generada a partir del petróleo disminuya significativamente, mientras que la generación a partir del carbón se reducirá ligeramente en 2023 y 2024, tras aumentar un 1,7% en 2022. También calculan que bajará la producción de electricidad con gas un 1 % en 2024 tras un ligero avance del 0,3 % este año.

"En el pasado, los descensos en la generación a partir de combustibles fósiles eran raros en el pasado y se producían sobre todo tras crisis energéticas y financieras crisis del petróleo de los años setenta o durante la Gran Recesión de 2009, cuando la demanda de la demanda global de electricidad. Estas tendencias, impulsadas por el fuerte crecimiento de la generación renovable, sugieren que los descensos en la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles se están convirtiendo en estructurales. El mundo avanza rápidamente hacia un punto de inflexión en el que la generación mundial de electricidad a partir de combustibles fósiles comienza a disminuir y se sustituya cada vez más por electricidad procedente de fuentes de energía limpias", sentencian desde la AIE.

Por otro lado, la electricidad de origen nuclear, que no genera emisiones de efecto invernadero aunque sí residuos activos durante cientos de años, subirá un 1,9 % y un 4,9 % en los dos próximos ejercicios, alcanzando un 10% del total mundial. De igual modo, se prevé una caída de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por la generación de electricidad del 0,7 % este año y del 1,1 % en 2024. En 2022, las emisiones de CO2 aumentaron un 1,3%.

"Nos anima ver que las energías renovables representan una parte cada vez mayor de la generación de electricidad, lo que se traduce en un descenso del uso de combustibles fósiles para la generación de energía. Ahora es el momento de que los responsables políticos y el sector privado aprovechen este impulso para garantizar que las emisiones del sector eléctrico disminuyan de forma sostenida", ha aseverado Keisuke Sadamori, director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE.

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