El ahorro acumulado por los hogares españoles durante la pandemia apenas se ha destinado para adquirir bienes y servicios de consumo. De hecho, el grueso de estos recursos ha ido a parar a depósitos y fondos de inversión, mientras una proporción más modesta se ha destinado a la adquisición inmuebles y a la amortización de hipotecas. Así se refleja en el último boletín económico del Banco de España.
Bajo el titulo 'La evolución y el destino del ahorro extraordinario acumulado por los hogares españoles desde el inicio de la pandemia', el organismo trata de evaluar el soporte que este ahorro extraordinario puede proporcionar al consumo en los próximos trimestres analizando el destino dado a esos fondos y la cuantía potencialmente disponible para el gasto en la actualidad.
En concreto, se observa que en torno al 80% del ahorro extraordinario acumulado entre principios de 2020 y el cierre de 2022 se destinó a la adquisición neta de activos financieros. Una parte más reducida, aunque creciente en el tiempo, se utilizó para financiar la formación bruta de capital y la amortización de préstamos hipotecarios.
Como detalla el documento elaborado por el Banco de España, el exceso de la inversión financiera neta acumulada desde el inicio de la pandemia hasta finales de 2022 se concentró fundamentalmente en dos activos: efectivo y depósitos (6,2% de la renta bruta disponible) y participaciones en fondos de inversión (6%) .
Por su parte, el exceso acumulado de inversión en formación bruta de capital de los hogares (2,7%) vino acompañado de un exceso de mayor magnitud de los flujos de nuevo crédito para la compra de vivienda (4,2%).
Los hogares habrían destinado también una parte creciente, aunque reducida, del ahorro extraordinario acumulado a la amortización de préstamos contraídos en el pasado para la compra de vivienda (desde el inicio de la pandemia, en una cuantía equivalente al 1,3% de la renta bruta disponible).
De esta manera, el análisis presentado indica que los hogares conservan el grueso del ahorro extraordinario acumulado durante la pandemia en activos financieros y, en particular, en activos líquidos. En concreto, los hogares mantienen cerca de 50.000 millones de euros de ese ahorro extraordinario -un 5,8% de la renta bruta disponible de 2022- en efectivo y depósitos.
Hay que recordar que la tasa de ahorro de los hogares españoles alcanzó en 2020 casi el 1% de su renta bruta disponible, más del doble que un año antes. En 2021, las medidas de contención de la pandemia se relajaron progresivamente. No obstante, la tasa de ahorro permaneció todavía en cotas muy elevadas, casi un 14%, lo que supone el segundo nivel más alto de la serie histórica, solo inferior al máximo de 2020. En contraposición, en 2022 la recuperación del gasto de los hogares, unida al notable repunte que se observó en los precios de los bienes y servicios de consumo, llevó a que la tasa de ahorro pasase a situarse por debajo de su nivel de 2019.
