Cómo han cambiado las cosas en apenas unos meses. Europa ha pasado del miedo a la escasez de gas del pasado verano, cuando los precios se dispararon y los Gobiernos del Viejo Continente trabajaban a contrarreloj para llenar las reservas, a una situación completamente distinta. Seguimos sin el suministro ruso, pero lo cierto es que una combinación de factores (un invierno más cálido de lo previsto, que ha mantenido la demanda acotada, unido al aumento de las importaciones de GNL) han hecho que la situación sea mucho menos dramática de lo que se podía pensar. Es más, desde Morgan Stanley apuntan incluso a un sobreabastecimiento para finales de agosto si las tornas siguen como hasta ahora.
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El gas no deja de caer: tres escenarios que pueden darse en Europa este 2023Así lo apuntan los expertos del banco estadounidense en un reciente informe, en el que han revisado sus estimaciones de precios para el TTF holandés, el contrato de gas de referencia en Europa, de forma que ahora prevén que baje hasta los 11 dólares/MMbtu (35 euros/MWh) para el segundo trimestre, aunque opinan que en el resto de 2023 y en 2024 se situará en torno a los 15 dólares/mmbtu.
Desde Morgan Stanley señalan que la bajada de los precios del gas es primordial si se quiere lograr por un lado, un repunte de la demanda, y por el otro, incentivar el desvío de cargamentos de gas natural licuado (GNL) a otros lugares. "La baja demanda y las elevadas importaciones de GNL siguen suponiendo un riesgo de sobreabastecimiento este verano", destacan estos analistas, que apuntan que los almacenes de gas, que creen que cerrarán marzo en torno al 57% de capacidad, podrían volver a estar al 100% para finales de agosto si la situación no cambia.
En cualquier caso, los estrategas del banco prevén una "respuesta limitada de la demanda" a finales de año. Su proyección es que el consumo total aumentará un 2% interanual en el segundo semestre de 2023, y se acumulará de la siguiente manera:
-Residencial/comercial: +5%. "La demanda residencial/comercial se vio suprimida por el clima cálido en el segundo semestre de 2022, por lo que es probable una mejora interanual en la segunda mitad de 2023", destacan. Sin embargo, en Morgan Stanley recuerdan que los gobiernos europeos "han hecho mucho para evitar que las facturas de los servicios suban en los últimos meses, por lo que es poco probable que la reciente caída de los precios del gas reduzca pronto las facturas de los hogares, lo que podría frenar la respuesta de la demanda".
-Industria: +7%. En el banco apuntan que la demanda industrial "ha sido la más afectada", de forma que se ha situado un 26% por debajo de lo normal en lo que va de año. "En principio, debería ser la categoría más sensible a los precios, lo que sugiere un repunte ahora que los precios son bajos. Sin embargo, los datos no indican que esto esté ocurriendo", dicen los analistas de Morgan Stanley.
La explicación más probable para esta situación, afirman, es "una combinación de los efectos de la cobertura, los cierres definitivos y el aumento de la eficiencia, y la competencia de otros combustibles, como el GLP en el sector del refinado, que sigue siendo más rentable".
No obstante, inciden, dado que los precios del TTF han "caído bruscamente" y algunas empresas están considerando la posibilidad de reanudar la producción, "prevemos un aumento interanual del 7% en el segundo semestre de 2023", remarcan estos expertos.
-Generación de electricidad: -10%. Morgan Stanley defiende que la demanda de generación eléctrica es "especialmente difícil de prever", porque depende sobre todo de la variabilidad del sistema eléctrico, que debe ser compensada por la producción de electricidad con gas.
Recuerda que la demanda en este segmento fue fuerte en la segunda mitad de 2022 a pesar de que los precios del gas alcanzaron niveles récord. "Esto supone un difícil efecto base para el segundo semestre de 2023", apuntan los expertos del banco. Y es que además esperan "un aumento de la producción eléctrica del parque nuclear francés y una mayor oferta de energías renovables y de carbón en el segundo semestre, lo que pesará sobre la demanda de gas natural".
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"Europa aún no está fuera de peligro en lo que respecta al suministro energético"REDUCIR LAS IMPORTACIONES DE GNL
Así las cosas, si la demanda se ajusta a las previsiones actuales de Morgan Stanley y los flujos de gasoductos son, en general, los esperados, "las importaciones de GNL deberían ralentizarse hasta unos 160-170 mcm/d en los próximos meses para garantizar que los inventarios se mantienen dentro del 100% de la capacidad de almacenamiento". Una cifra, destacan estos analistas, que contrasta con los 220-230 mcm/d de los últimos cuatro meses, lo que "implica una reducción del 25%".
Pero de momento "hay pocos indicios de que esto esté ocurriendo". Y es que teniendo en cuenta la cantidad de GNL que se está transportando actualmente hacia el perímetro europeo, así como el volumen de GNL nuevo que ha salido de las instalaciones de licuefacción en febrero de este año y que se dirige a Europa, "sospechamos que en marzo aún habrá importaciones de aproximadamente 230 mcm/d", dicen.
Y los precios y el coste de los fletes tampoco sugieren grandes cambios todavía. Una gran parte de las importaciones de GNL en Europa procede de EEUU, que aún encuentra incentivos para seguir mandando el gas natural licuado al Viejo Continente, y no a otras zonas. "En estos momentos, el marcador de GNL Japón/Corea se negocia a ~14,0 $/mmbtu. Si se restan 2,3 $/mmbtu de gastos de transporte, el precio es de 11,3 $/mmbtu. El precio de entrega a bordo del GNL en el noroeste de Europa es actualmente de unos 12,4 $/mmbtu. En resumen, Europa sigue siendo tan atractiva como Asia como destino de las exportaciones de GNL estadounidenses", señala Morgan Stanley.
El banco estima que para que al menos una parte del GNL se desvíe del noroeste de Europa "el arbitraje tendrá que cambiar". Es decir, el TTF (y, por tanto, el precio del GNL desembarcado en el noroeste de Europa) "tendrá que seguir bajando modestamente" para "incentivar la reorientación del flujo hacia otras regiones".
¿TIENE EUROPA SUFICIENTE CAPACIDAD DE ALMACENAMIENTO?
Hasta que eso pase, Europa deberá mantener las reservas bajo vigilancia. No puede recibir más gas del que es capaz de almacenar, sobre todo si la demanda no aumenta. Esto lleva a los estrategas de Morgan Stanley a preguntarse si la capacidad de almacenamiento del Viejo Continente se ha quedado pequeña.
Este planteamiento tiene todo el sentido, dicen, porque en el pasado "Rusia no solo suministraba una gran cantidad de gas a Europa, sino que también ofrecía una gran flexibilidad de suministro a corto plazo" y, como resultado, "la volatilidad de los precios europeos del gas fue de las más bajas de cualquier mercado de materias primas en las dos últimas décadas".
De cara al futuro, sin embargo, los proveedores de GNL estadounidenses pueden suministrar grandes cantidades de gas a Europa, aunque "debido a la duración del trayecto, ofrecen mucha menos flexibilidad, ya que no disponen de 'capacidad oscilante' a corto plazo". En opinión de Morgan Stanley, "sin un proveedor alternativo, los mercados de materias primas tienden a ser mucho más volátiles".
"Esto podría compensarse con una mayor capacidad de almacenamiento. Sin embargo, actualmente no hay planes de ampliación" en Europa, comentan los analistas del banco, que dicen que por ahora "el mercado está bien abastecido y las perspectivas de precios a corto plazo son bajistas". Aunque lanzan un aviso: "Con menos capacidad disponible en el sistema y sin más capacidad de almacenamiento, el mercado europeo del gas será probablemente más volátil en el futuro que en el pasado".