Las actas de la última reunión de la Reserva Federal (Fed), celebrada los días 31 de octubre y 1 de noviembre, ponen de manifiesto que la política monetaria "seguirá siendo restrictiva" hasta que "la inflación esté claramente descendiendo de manera sostenible hacia el objetivo" del 2% fijado por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés).
En este cónclave, los participantes optaron por segunda vez consecutiva por mantener el precio del dinero en el 5,25%-5,5%, máximos de 22 años, y las actas muestran que esta decisión fue unánime, ya que los banqueros centrales consideran que la pausa "apoyaría el progreso hacia los objetivos del Comité y al mismo tiempo permitiría más tiempo para recopilar información adicional para evaluar este proceso".
También coincidieron en que "el Comité estaba en condiciones de proceder con cautela y que las decisiones políticas en cada reunión continuarán basándose en la totalidad de información entrante y sus implicaciones para las perspectivas económicas, así como el balance de riesgos".
Sin embargo, también han advertido sobre un posible mayor endurecimiento de la política monetaria, que juzgarán apropiado si la información entrante indica que el progreso hacia el objetivo de inflación del Comité "es insuficiente".
En general, consideran que los datos que llegarán en los próximos meses ayudarán a aclarar "en qué medida continúa el proceso de desinflación", y mostrarán también la evolución del mercado laboral, que se antoja clave en las próximas decisiones de la Fed.
"Los participantes en general notaron un alto grado de incertidumbre en torno a las perspectivas económicas. Como riesgos alcistas para actividad económica, los participantes señalaron que los factores detrás de la resiliencia del gasto podrían persistir más tiempo que esperado. Como riesgos a la baja, los participantes citaron la posibilidad de que los efectos en los hogares y las empresas de el endurecimiento político acumulado y el endurecimiento financiero", recoge el texto.