La inflación en la zona euro se está afianzando y eso supone un gran riego para la economía. Así lo percibe el Banco Central Europeo (BCE), según se refleja en las actas publicadas de su reunión del mes pasado. Este temor es lo suficientemente grande como para justificar un aumento de tipos de interés mayor al señalado.
Sin embargo, se planteó la preocupación de que, si el Consejo de Gobierno se desviaba de su guía anterior y sorprendía a los mercados con un aumento mayor al esperado, esto se sumaría a las incertidumbres prevalecientes en el mercado.
El organismo, en su encuentro del pasado 21 de julio, consideró que "las presiones inflacionarias se intensificaron" y esperan que la inflación "se mantuviera indeseablemente alta durante algún tiempo".
"De cara al futuro, en ausencia de nuevas interrupciones, se esperaba que los costes de la energía se estabilizaran y se aliviaran los cuellos de botella en el suministro. Junto con la normalización de la política en curso, esto debería respaldar el regreso de la inflación al objetivo del BCE", señalan las minutas.
Además, estiman que los riesgos para las perspectivas de inflación seguían siendo al alza y se habían intensificado, sobre todo en el corto plazo. "Los riesgos para las perspectivas de inflación a medio plazo incluían un empeoramiento duradero de la capacidad de producción de la economía de la zona euro, precios de la energía y los alimentos persistentemente elevados, expectativas de inflación por encima del objetivo y aumentos salariales superiores a los previstos. Sin embargo, si la demanda se debilitara en el mediano plazo, aliviaría las presiones sobre los precios", apuntan.
Hay que recordar que el BCE decidió elevar los tipos de interés en 50 puntos básicos a finales de julio, más de los 25 puntos previstos. Una medida con la que muchos miembros estuvieron de acuerdo, según las actas. Ahora, incluso cuando el riesgo de recesión en la eurozona está aumentando, se espera que el organismo europeo vuelva a subir los tipos otros 50 puntos básicos en septiembre. En ese sentido, un aumento de 50 puntos básicos se consideró "gradual y compatible con los principios de flexibilidad, opcionalidad y dependencia de datos, que continuarían rigiendo el camino de la normalización".
Los miembros del BCE también señalaron que había señales crecientes de una desaceleración en la actividad económica de la zona euro que podría extenderse hasta 2023. No obstante, al mismo tiempo, se reiteró que la economía de la eurozona había demostrado una fortaleza y resiliencia considerables frente a múltiples crisis, en particular con respecto a la pandemia y la guerra en Ucrania.