Parece que EEUU y China terminan el año acercando posturas. Y decimos parece porque todo puede ocurrir y porque, como es habitual en esta negociación a viva voz entre las dos principales potencias económicas mundiales-que dura ya año y medio-, hay una parte de verdad en lo que se publica y dice, otra no tan cierta y mucho de especulación.
El mercado ha recibido con optimismo los últimos pasos hacia ese acuerdo de 'fase 1', pero está por ver si este domingo, definitivamente, EEUU desiste de elevar aranceles a China o si en el último momento cambian las tornas y todo se tuerce. Si es así, es evidente que la guerra comercial seguirá siendo un problema grave para los mercados y la economía en 2020 e incluso más allá. Si, por el contrario, se confirma el acercamiento, la pregunta es hasta qué punto supone el principio del fin de esta contienda económica entre ambos países.
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Donald Trump aprueba un principio de acuerdo comercial entre EEUU y China"La pregunta es si las dos partes serán capaces de cerrar un acuerdo de 'segunda fase' en el primer semestre de 2020. Esto será más difícil y puede depender de cómo se vea Trump en las encuestas de opinión", explican los expertos de Danske Bank. El republicano Marco Rubio y el demócrata Chuck Schumer se han apresurado a criticar el acuerdo de 'primera fase' por no tratar los problemas reales con China. "Por lo tanto, Trump estará bajo presión para cerrar un acuerdo de 'fase dos' también. La probabilidad de que esto ocurra es del 50%", estiman desde el banco danés.
Estados Unidos celebra elecciones en noviembre del próximo año y son muchos los expertos que creen que a Donald Trump le interesa mantener abierta la contienda para usarla de baza electoral. Aun así, también es cierto que el impacto económico de toda esta situación es palpable, también en la economía estadounidense, por lo que igualmente hay voces que subrayan que a Trump no le atrae la idea de que la situación vaya a más.
LA CONFRONTACIÓN Y EL RIESGO PERSISTEN
Xiadong Bao, gestor de Edmond de Rothschild, remarca que, por mucho acuerdo de 'primera fase' que se cierre, la confrontación entre ambos países persiste, especialmente en el frente tecnológico. "La directora financiera de Huawei todavía no ha recuperado su libertad, mientras que China tiene la intención de prohibir el software extranjero en su administración. Además, los gigantes de la tecnología siguen trasladando su producción fuera de China", señala.
Oxford Economics avisa, en este mismo sentido, de que el riesgo de que las relaciones vuelvan a deteriorarse y de que se retroceda en cuanto a los aranceles "es considerable". Desde la firma añaden que un acuerdo "real" mejoraría sustancialmente el sentimiento y la confianza en China. "Aumentaremos nuestra previsión de crecimiento para 2020 al 6% si ambas partes confirman el acuerdo y los aranceles existentes se reducen sustancialmente", indican.
Julius Baer insiste en la persistencia de la incertidumbre de cara a un acuerdo de 'fase 2' sobre la propiedad intelectual y cuestiones tecnológicas. "Seguimos pensando que el año que viene habrá más signos de desaceleración antes de las elecciones presidenciales y que cualquier debilidad relacionada con la guerra comercial es una oportunidad de compra, especialmente en el caso de las acciones cíclicas", recomienda Patrik Lang, estratega jefe de renta variable de la firma.