- Además de la política, el crecimiento inferior se debe a la madurez del ciclo
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El Servicio de Estudios de Mapfre estima que España crecerá un 2,6% este 2018, por debajo del crecimiento del 3,1% que se registrará para 2017. No obstante, las previsiones para España mantienen su crecimiento a la cabeza de Europa, pero difícilmente repetirá el éxito registrado en 2017.
La madurez en el ciclo y el coste del desconcierto político sitúan el crecimiento previsible en 2018 cerca del 2,6% (frente al 3,1% que se prevé registre en 2017), lo que no deja de ser un crecimiento superior a su senda de largo plazo. Esta previsión tiene riesgos al alza en caso de que el ambiente político mejore y las reformas estructurales acometidas en el pasado amplíen el margen de crecimiento. La tasa de paro de la economía española se sitúa ya en el límite estructural (cerca del 16%), lo que en ausencia de reformas plantea retos para aumentar la actividad de manera sostenida.
ECONOMÍA GLOBAL
La economía global podría crecer este año un 3,7%, una décima más de lo que se espera que registre en 2017, y por encima de las expectativas que existían hace 12 meses. En este tiempo, el crecimiento global ha ganado tracción y se ha generalizado entre mercados desarrollados y emergentes. En 2018 se prevé una aceleración en la aportación al crecimiento mundial de los mercados desarrollados (ya por encima del 2%) y de los mercados emergentes (en el entorno del 4,9%), estos últimos liderados por la resiliencia en el crecimiento en China, y la salida de recesión de Brasil y Rusia.
No obstante, la dinámica de la actividad económica global también muestra signos de estabilización y anticipa que quizás se esté en el preámbulo de un cambio de ciclo que se materializaría hacia finales de 2019. Es una de las principales previsiones incluidas en el Informe “Panorama económico y sectorial 2018” elaborado por el Servicio de Estudios de Mapfre y editado por Fundación Mapfre.
Así, como explica Manuel Aguilera, director general del Servicio de Estudios, “2018 será un año dominado por el cambio en el momento cíclico de varias economías desarrolladas, la potencial reversión del excesivo optimismo que suele acontecer antes de los cambios de ciclo económico, y el inicio de un proceso gradual de ajuste de la liquidez global”.
El mundo vive aún un fuerte momento de expectativas que, pese al dinamismo de la actividad económica, todavía dista del desempeño de los indicadores reales. Este riesgo podría transformar la visión continuista del 2018 en un escenario de riesgo. En este caso, el catalizador sería un shock de liquidez global que podría verse aumentado y transmitido por una mala gestión monetaria y un comportamiento pro-cíclico de las carteras de inversión globales.
El informe enfatiza en el riesgo de caída de las expectativas de inflación de largo plazo, que cobrará singular vigencia en 2018. La inflación permanecerá contenida aunque orientada hacia los objetivos de los bancos centrales, y con los tipos de interés de largo plazo creciendo, con tímidas mejoras en sus primas por plazo. El Servicio de Estudios pronostica que el tipo de interés oficial de Estados Unidos se sitúe en un entorno de 2% a finales de 2018, mientras que el tipo del BCE se mantendrá en 0%.
Se trata del segundo informe anual de perspectivas preparado por la unidad de análisis económico de Mapfre. Este reporte tiene como propósito ofrecer una visión global de las perspectivas y previsiones respecto del comportamiento económico tanto a nivel global como de las principales economías durante 2018 y, a partir de ese marco general, analizar el entorno que podría enfrentar la industria aseguradora.
RIESGOS GLOBALES
El informe identifica determinados riesgos globales que pueden introducir un sesgo a la baja a las previsiones macroeconómicas para 2018. Algunos de estos riesgos tienen que ver con la geopolítica, destacando las crecientes tensiones entre Corea del Norte y Estados Unidos. A este riesgo siguen potenciales errores de implementación en la política económica en Estados Unidos y China y, a nivel doméstico, el ciclo político emergente puede empoderar a corrientes populistas más reacias a implementar reformas estructurales de calado y que, en consecuencia, dificulten el proceso de crecimiento económico.
En el caso de la industria de seguros, el crecimiento mundial previsto para 2018 anticipa un impacto positivo en el desarrollo del mercado asegurador a nivel global. Este crecimiento se apreciará especialmente en las economías emergentes, que presentan una mayor elasticidad en el crecimiento del negocio asegurador ante crecimientos del nivel de actividad.
No obstante, en los países desarrollados, las políticas monetarias todavía laxas continúan lastrando el desarrollo de los seguros de Vida vinculados a la previsión social y al ahorro. Habrá que esperar todavía a que los anuncios de normalización monetaria se materialicen y puedan contribuir al desarrollo de estos mercados.
Por otro lado, las catástrofes naturales del último semestre tendrán un impacto notable no solo en los ratios combinados y rentabilidad de las reaseguradoras, sino también en la tarificación de los seguros y las renovaciones de los contratos de reaseguro, en un mercado que ante la ausencia de catástrofes significativas se había vuelto muy competitivo en cuanto a precios.