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Invertir en divisas emergentes sigue siendo buena idea, tal y como defienden los expertos de J. Safra Sarasin Sustainable AM, aunque avisan de que el camino que tienen por delante en 2023 está lleno de 'curvas'. Desde la gestora del banco suizo siguen defendiendo que el dólar acabará por debilitarse este año ante la esperada recesión en EEUU y creen que eso beneficiará a las divisas emergentes, aunque la fortaleza que presenta por ahora el 'billete verde' mantiene lejos esa premisa.

"Nuestro escenario base sigue siendo que el dólar estadounidense mostrará mayor debilidad a finales de año, pero es poco probable que el camino hacia nuestro objetivo sea en línea recta", comenta Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM. Y también avisa de que las divisas emergentes "se han vuelto más vulnerables a este cambio de sentimiento".

Explica la experta que "la solidez que sigue mostrando, quizás sorpresivamente, la economía estadounidense (especialmente el mercado laboral), así como su divisa, está afectando a las divisas emergentes", y es que es probable que los mercados emergentes "se enfrenten a un periodo de volatilidad a corto plazo, a medida que se afiancen las expectativas de tipos de interés más altos durante más tiempo".

Y es que ya muchos dan por descontado que la fortaleza de la economía de EEUU se traducirá en una elevada inflación subyacente, lo que a su vez desembocará en un mayor endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). "En un escenario en el que los datos estadounidenses sigan sorprendiendo al alza, aún podríamos ver nuevas revalorizaciones y presiones a la baja sobre los activos de riesgo, incluidas las divisas emergentes", apunta Chivakul.

No obstante, no solo el dólar afectará este año a la operativa de las divisas emergentes. Como dice la experta de J. Safra, también los fundamentales y las políticas de los mercados emergentes "influirán a la hora de diferenciar los movimientos relativos de sus divisas". Según Chivakul, "unos precios del petróleo algo más bajos se traducen en menores déficits por cuenta corriente entre los importadores de energía, y a medida que desciende la inflación, los atractivos rendimientos reales también son importantes para las divisas emergentes". Todo ello, remarca, debería apoyar la marcha de estas monedas a lo largo del año.

LAS MEJOR POSICIONADAS

En este sentido, desde la gestora explican que en América Latina, tras una apreciación considerable frente al dólar estadounidense en un periodo de estabilidad, las divisas de la región "no han reaccionado mucho al reciente cambio, salvo el peso colombiano (COP)". El real brasileño (BRL) y el peso mexicano (MXN) "están claramente respaldados por sus elevados rendimientos reales".

Recuerda Chivakul que tnto Chile como Colombia "registraron déficits por cuenta corriente muy elevados en 2022, pero Chile se ha ajustado más rápidamente, gracias a la subida de los precios del cobre, lo que ha provocado una sobrevaloración del peso chileno (CLP)". No obstante, en J. Safra creen que "el camino por delante es más difícil" porque los precios del cobre se han ajustado descontando que la demanda de China podría no llegar hasta el segundo semestre, mientras que el CLP no lo ha hecho.

Y un mayor gasto social en 2023 también podría mantener alto el déficit por cuenta corriente. En este sentido, remarca la experta, la consolidación fiscal de Colombia, impulsada por unos mayores ingresos fiscales en 2023, "podría acelerar su ajuste exterior". Creen que si el Congreso continúa diluyendo las propuestas del presidente Petro y Colombia supera el obstáculo de la 'nueva iniciativa política' (reformas de salud y pensiones) a mediados de año, "la tendencia negativa del peso colombiano podría revertirse".

Mirando hacia Europa Central y Oriental, comenta Chivakul que el descenso de los precios del gas y la desaceleración del crecimiento han provocado una inversión general de la balanza comercial. Esto es aún más pronunciado en la República Checa, mientras que Turquía y Rumanía destacan por su "escaso ajuste". Aun así, "aunque esperamos que todos los países de Europa Central y Oriental reduzcan sus déficits por cuenta corriente, sus niveles de partida son elevados", lo que unido al hecho de que los tipos reales se han vuelto menos negativos a medida que las expectativas de inflación descienden lentamente, "no augura nada bueno para las monedas de los países de Europa Central y Oriental ni para la lira turca".

Por su parte, dice la experta, Sudáfrica destaca entre las divisas emergentes, ya que "sigue ofreciendo un fuerte rendimiento real esperado (actualmente en el 5,6%), pues la inflación se está comportando bien". Sin embargo, cuenta con unas perspectivas fiscales y de crecimiento "inciertas".

ALCISTAS CON LAS DIVISAS EMERGENTES ASIÁTICAS

En otro comentario de la gestora, Claudio Wewel, estratega de divisas, apunta que se han vuelto "más alcistas" con las divisas de los países emergentes asiáticos, dadas sus expectativas de un "continuo debilitamiento del dólar estadounidense" y la "rápida reapertura de China".

¿Qué factores deberían impulsar la evolución de estas monedas? Como señalan desde J. Safra Sarasin, hay cuatro factores a tener en cuenta. Son los siguientes:

-Debilitamiento del dólar: el dólar estadounidense sigue estando altamente valorado y, por consiguiente, "creemos que la tendencia bajista del dólar tiene margen para continuar", lo que implica que las divisas asiáticas "deberían seguir subiendo en los próximos meses".

La moderación de las expectativas de tipos de interés en Estados Unidos ha llevado a las divisas asiáticas a experimentar un fuerte repunte desde sus mínimos de octubre. Han recuperado gran parte de las pérdidas que sufrieron frente al dólar estadounidense desde principios de 2022, con el dólar de Singapur (SGD) y el baht tailandés (THB) incluso en terreno positivo.

Ahora bien, comenta Wewel, "es también la propia recuperación de Asia tras la Covid-19 lo que explica en gran medida el reciente rendimiento de las divisas asiáticas".

-Reactivación de China: la recuperación económica de China "debería proporcionar apoyo a los precios de las materias primas a corto plazo", y eso beneficiará especialmente al dólar australiano (AUD), que es el más expuesto al ciclo económico chino dado que aproximadamente el 40% de las exportaciones de Australia (sobre todo mineral de hierro) se dirigen a China.

Del mismo modo, China es el principal destino de las exportaciones de Indonesia, con un 20% del total. "Los ingresos procedentes de las materias primas han mejorado el saldo fiscal de Indonesia y, por tanto, sirven de apoyo a la rupia indonesia (IDR)", apunta Wewel, que cree que los flujos de salida de inversiones podrían volver al país de forma gradual durante los próximos meses, lo que "debería actuar como un motor fundamentalmente positivo para una mayor apreciación de la rupia"

-Aumento de la demanda de semiconductores: el repunte de la demanda de semiconductores, que en J. Safra esperan que "se consolide el año próximo", puede repercutir en el mercado de divisas. En particular, explica el estratega de la gestora, Taiwán y Corea del Sur, grandes exportadores de semiconductores, suelen ver cómo sus divisas se mueven en paralelo al ciclo de los semiconductores.

"La caída de las exportaciones de semiconductores ha lastrado ambas divisas en los últimos meses", y dado que se ha acumulado un exceso de oferta, ahora en la gestora esperan que el impulso de las exportaciones "siga siendo débil durante algún tiempo", aunque luego "deberían reacelerarse". "Dado que el won coreano (KRW) ya ha repuntado considerablemente, lo que en cierta medida parece estar relacionado con el reciente fortalecimiento del yen japonés, preferimos el dólar taiwanés (TWD)", para el que ven un mayor "recorrido al alza".

-Crecimiento del turismo regional: por último, Wewel comenta que la reapertura de China "está llamada a impulsar la industria turística regional", que hasta ahora se ha mantenido "relativamente contenido y muy por debajo de los niveles anteriores a la Covid-19".

"Tailandia podría beneficiarse de esta tendencia, ya que depende en gran medida del turismo (alrededor del 20% del PIB), y el 25% de sus turistas antes de la pandemia procedían de China", recuerda este experto, que remarca que los viajes y el turismo también constituyen también "una parte considerable de la economía de Hong Kong, Malasia y Singapur".

Todas estas divisas han repuntado con fuerza últimamente, aunque en su opinión, el baht tailandés "debería seguir siendo el principal beneficiario de una mayor recuperación del turismo y su reciente retroceso probablemente represente una buena oportunidad de entrada, si bien, sostenemos que el alza futura será más moderada".

Y concluye destacando que el reciente repunte del dólar de Singapur "parece el más ajustado dentro de las divisas emergentes asiáticas, ya que los rendimientos reales y las valoraciones parecen menos atractivos".

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