- Los campeones se embolsarán 2,6 millones de euros sólo por alzar el trofeo al cielo
- Los jugadores solo pueden jugar de blanco
Este lunes 3 de julio comienzan a desfilar sobre el césped del All England Tennis Club las mejores raquetas para intentar llevarse el torneo más prestigioso del circuito. Wimbledon cumple a rajatabla una serie de tradiciones que le hace inigualable. Además, es el torneo que más dinero reparte en el circuito.
El mismo día en el que se presentaba el cuadro del torneo, la organización de Wimbledon daba a conocer los premios que se llevarán los tenistas. Este 2017, se repartirán 31,6 millones de libras (37,4 millones de euros) en premios, un 12,5% más que el año pasado. Así pues, los Federer, Nadal, Djokovic, Murray, Angelique Kerber o Simona Halep podrán llevarse 2,6 millones de euros si logran vencer sobre el tapete londinense. La cifra ha aumentado hasta en 200.000 euros. En los últimos seis años, Wimbledon ha doblado la cantidad repartida en premios, pasando de los 14,6 millones de libras en 2011 a los 31,6 millones que se invertirán en 2017.
Pero los tenistas por ganar los tenistas reciben dinero por ganar. Acceder a la final ya solo supone embolsarse 1,38 millones de euros. Quedar entre los cuatro primeros supone llevarse 677.000 euros y quedarse una ronda antes reporta unos 355.000 euros. Por estar en primera ronda, la prima es de 38.730 euros, acceder a la siguiente fase supera los 64.500 euros y plantarte en tercera ronda, se premia con 177.500 euros.
La tradición del torneo se ha tenido que ver modificada debido a los nuevos tiempos, aunque sea particularmente, y la techo retráctil que ya gobierna en la pista central, tendrá una hermana menor. Wimbledon ha anunciado que se ha aprobado el proyecto de la pista 1 y tendrá un coste de unos 82,7 millones de euros y finalizará en 2019. Además de la cubierta, su capacidad se aumentará hasta las 12.400 personas.
En cuanto a las entradas, la tradición manda y los tickets siguen estando bastante cotizados. Los precios van desde las 56 libras del primer día hasta las 190 libras por ver la final. Pero no todo el mundo puede acceder a ellas. La prioridad es para los socios y las sobrantes se abren a la taquilla. La organización ingresó 35 millones de euros solo en ingresos por la venta de tickets en 2016.
Los tenistas tienen que ir de blanco y no pueden lucir publicidad en sus camisetas
En cuanto a sponsors, la tradición también invade a Wimbledon y Slazenger lleva patrocinando al torneo nada más y nada menos que 114 años. Otros de los patrocinadores más famosos son Rolex (desde 1978), IBM (1990), Hertz (1995), Lansons Champagne (2001), Polo Ralph Lauren (2005) y HSBC (2008). En este torneo, la visibilidad de los patrocinios es muy reducida ya que la organización quiere dejar virgen las lonas traseras de las pistas. Además, los tenistas no pueden lucir la marca que viste a los deportistas
El trofeo, uno de los más codiciados, también tiene su precio. La copa es de plata de 47 centímetros de altura, coronada por una piña y en la que aparece la leyenda “All England Lawn Tennis Club Single Handed Championship of the World”. Su diseño se ha mantenido intacto desde 1887, aunque se desconoce con exactitud su origen. Hasta 4.500 libras cuesta el encargo de las réplicas a una de las joyerías más importantes de Londres, Etsy. Bjon Borg, cinco veces campeón del torneo, estuvo a punto de subastarlas por 435.000 euros.
UN TORNEO LLENO DE TRADICIÓN
Londres, el blanco, las fresas, los halcones o el césped son el santo y seña de Wimbledon. La tradición marca que los tenistas deben vestir de blanco impoluto sobre la pista. Tal es el grado de cumplir las normas, que Rafa Nadal tuvo que pelear para poder jugar en tirantes, algo que finalmente consiguió. De las dos semanas que dura el torneo, es famoso el primer domingo, ya que se toma para descansar, es el famoso ‘Middle Sunday’, y las puertas del Club se cierran.
El césped va a asociado a Wimbledon. Ocho milímetros son los que marca la organización para que se disputen los torneos. Hasta 2001, era de césped natural aunque a partir de ahí se empezó a mezclar debido a que en los últimos partidos llegaba en muy malas condiciones. Para que esté en perfecto estado, los halcones gobiernan el cielo del All England Tennis para que los pájaros y palomas no dañen el verde.
Para matar el hambre, si se acude a Wimbledon hay que comer fresas con nata, todo un icono del torneo que se convierte en el postre preferido de los asistentes. Se estima que se comen unos 30.000 kilos de fresas y 10.000 de nata en el All England Club. No es fácil poder acceder a comer este manjar dentro del recinto como socio.El Club solo cuenta con privilegio 375 socios permanentes y 100 de manera anual. Si se tiene la suerte de ganar el torneo, se tiene derecho a ser socio honorario.