Asegura que la clave de su longevidad deportiva es ir "día a día" y sin retos inalcanzables
BARCELONA, 14 (EUROPA PRESS)
La palista española Teresa Portela ha asegurado que le afectó el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio al año 2021, debido al coronavirus, y que vivió un "bajón" emocional al dar casi por perdida la actual temporada, si bien ahora ya está "mentalizada" y lista para abordar los que serán sus sextos Juegos Olímpicos, algo que ninguna española ha logrado antes.
"Sí me afectó el aplazamiento. La verdad es que fue un bajón y sinceramente sentí que quizá no era un entrenamiento tirado pero sí es una temporada incompleta. Sentí un 'bajón', decepción, pero es algo inevitable. Hay que asumirlo. El objetivo ahora es el mismo reto pero en 2021, ya estoy mentalizada", aseguró.
Portela, en una clase magistral por internet organizada por la Federación Española de Piragüismo y en conversación con el director técnico de la RFEP, Ekaitz Saies, afirmó que nunca se ha planteado ningún objetivo deportivo a medio plazo, sino que vive el día a día y que por ello cree haber llegado donde ha llegado.
"Nunca me planteo temporadas ni nada de aquí a cuatro años. Cuando acabo una fecha olímpica, y me preguntan por la siguiente, pienso que no estaré allí. Me pasó en Londres, y en Río. Me planteo año a año. En este caso, verme tercera en el Mundial del año pasado (Szeged, Hungría) fue para mí muy importante, ese bronce me hizo afrontar la temporada de manera distinta", celebró.
Con ese buen ánimo iba a afrontar la cita de Tokyo 2020, con opciones de colgarse una primera medalla olímpica en K1 200, superando la cuarta posición de Londres 2012. Ahora, por la pandemia del COVID-19, deberá alargar su preparación y llegará a la cita olímpica de Tokio con 39 años.
"Fue complicado, pero más lo era cuando decían que los Juegos se hacían sí o sí en 2020 y estaba confinada en casa, sin poder entrenar. Eso no lo llevé bien. Pero cuando lo aplazaron al año que viene, entendía que tenía que ser así, que era lo normal. No podían ser unos Juegos en desigualdad", observó al respecto, dando por bueno ese aplazamiento.
Además, en el 'Esprint de Tokio' disputado en septiembre de 2019, fue tercera y reconoció de la mejor manera el canal del Central Breakwater donde se jugará esa medalla olímpica. "Fue la primera vez que disfruté de ir a una competición, aunque era más para probar la pista, y una oportunidad de ver la ciudad. Me gustó muchísimo Tokio, y la pista en la bahía me imaginaba que iba a haber más olas, pero con el dique que construyeron estará bastante protegido", explicó la gallega.
"CUANDO EMPECÉ NUNCA ME PLANTEÉ GRANDES COSAS"
Portela, con cinco participaciones olímpicas --Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016-- opta a ser la primera mujer española en ir a seis Juegos Olímpicos, pero explicó en la clase magistral que nunca se hubiera imaginado poder llegar a tener tal éxito."Mi primera competición fue un fiasco absoluto, en Pontevedra. Me rompieron el timón y no pude ni salir, no podía avanzar. Tenía unos 11 años, y tuve que poner el pie a tierra", rememoró la española.
"Cuando empecé nunca me planteé grandes cosas, no pensaba que pudiera ganar grandes cosas. Me planteé objetivos a corto plazo. Cuando iban pasando los años, esos objetivos era cada vez más ambiciosos pero siempre dentro de lo que pensaba que podía optar. Fue la clave, ir pasito a pasito hasta llegar aquí. Jamás pensé que tendría el lujo de estar 20 años en la élite de este deporte", reconoció la de Cangas do Morrazo.
Pero ese día a día, ese remar con constancia y trabajar con tesón, le dieron las llaves para esta longevidad que le ha hecho colgarse 15 medallas en Mundiales y 17 medallas en Europeos.
"Siempre fui obediente, la verdad. Mi forma de ser es de ser tranquila, la clave está en confiar en tu entrenador y confío en Daniel, es fundamental. Pongo el esfuerzo de salir a entrenar y de ser mejor, él planifica y hace que estemos los dos en el mismo camino y con el mismo rumbo", comentó la española.
Además, una carrera brillante que no paró ni cuando decidió estudiar (tiene Magisterio) ni ser madre. "Una vez tuve a mi hija, volví gracias a la capacidad de trabajo, en el tesón está la clave. Aunque lo recuerdo como un momento difícil. Tenía en mi cabeza como iba antes en la piragua y no era lo mismo, tuve que insistir para volver a hacer lo que hacía", explicó.