- Fue Casemiro el protagonista de lo bueno y de lo malo
El Barcelona y el Real Madrid han demostrado por qué son dos de los mejores equipos del mundo. Leo Messi ha marcado en la última jugada del choque y deja LaLiga abierta tras un partido de infarto.
El FC Barcelona ha logrado una agónica victoria en el Santiago Bernabéu (2-3), sellada en el descuento con un gol de Leo Messi -el 500 de su carrera con la camiseta del Barça-, que le ha permitido encaramarse al liderato de LaLiga Santander y reabrir la batalla por el título frente al Real Madrid, que tiene los mismos puntos y un partido menos.
Clásico de los memorables en la capital española. Se adelantó el Real Madrid con un gol de Casemiro y remontó el Barça por medio de Messi y Rakitic. Con uno menos por la expulsión de Sergio Ramos, James empató a falta de cinco minutos y en la última jugada del partido el 10 azulgrana completó su doblete y selló un triunfo que pone la liga más disputada que nunca.
Cada entrenador tenía una duda en su alineación y se resolvió del modo esperado. Finalmente entró Bale, aunque apenas duró 40 minutos antes de que su cuerpo, frágil bajo ese armazón de atleta, volviera a resentirse. En los azulgrana fue Alcácer el reemplazo de Neymar, que llegó a viajar a la capital española rezando por un perdón administrativo que nunca llegó.
Se adelantó el Real Madrid con un gol de Casemiro y remontó el Barça por medio de Messi y Rakitic
Tampoco extrañó el guión que se fue desarrollando sobre el césped, con el Real Madrid agazapado, cómodo en su ventaja liguera y en su gusto por el contraataque. Las tres iniciales de la 'BBC' dispusieron de sendas oportunidades para marcar, pero no lo lograron, unas veces por su bisoñez y otras por la mano firme de Ter Stegen.
Fue Casemiro el protagonista de lo bueno y de lo malo, del gol y de la expulsión perdonada. A la media hora de juego, un córner, fórmula temida por el Barça y adorada por los locales, acabó en el 1-0. Tras el primer balón rechazado, un segundo balón colgado llegó a Sergio Ramos, que pateó en escorzo al palo. Casemiro fue el más pillo y anotó un gol tan poco vistoso como válido.
Para entonces ya se había lastimado su némesis, Leo Messi, aunque el codazo que empozó su boca de sangre llevaba la firma de Marcelo. El argentino volvió loco a Casemiro, que le arreó una patada absurda y acreedora de tarjeta (min.12) y le zancadilleó para frenar un contraataque justo antes del descanso. Hernández Hernández guardó esta vez las cartulinas en el bolsillo haciendo oídos sordos al ramillete azulgrana que vociferaba en torno a él. Luis Enrique también brincaba en la banda como un niño al que han robado la pelota.
La hipotética expulsión hubiera dejado al Madrid medio partido cojo y con severo riesgo, sobre todo porque Messi ya se había encargado de empatar cuatro minutos después del tanto del brasileño. Buena jugada, cosida por Busquets y remachada por Messi, que entró como un galgo al corazón del área para batir a Navas.
La 'Pulga' levantó los brazos al cielo como acostumbra y en su mano izquierda agarraba un pañuelo sangrado. Símbolo de un Barça herido, cuatro días después de su eliminación europea, pero todavía en pie para pelear por la liga. En el descuento pudo hacer el segundo, pero no le dio tiempo a acomodar el cuerpo en un córner y lanzó fuera a puerta vacía.
JAMES ENARBOLA LA ÉPICA Y MESSI LE QUITA LA BANDERA
Así que marcador equilibrado al descanso y arreón blanco tras el paso por vestuarios. Tres ocasiones casi seguidas, una especialmente buena de Benzema, cuyo cabezazo a bocajarro topó con la pierna de Ter Stegen. Respondió el Barcelona con otra buena jugada que dejó solo a Alcácer ante Navas, quien le adivinó la intención.
Lo habitual de siempre. El Madrid a machetazos, el Barça con pasos de baile, desatada ya la batalla por la liga, esa que podía ganar el Madrid y que podía no perder el Barça. Se resquebrajaba el partido para goce del Bernabéu, andaba de puntillas Casemiro suspirando por que no se le volviera a cruzar Messi hasta que lo sentó Zidane.
Asensio, sustituto de Bale, demostró por qué se ha convertido en el jugador 12 de la deslumbrante plantilla de su equipo y solo pecó de generosidad porque era suyo el mano a mano. Se la cedió a Cristiano, que llegó trompicado y mandó la pelota al cielo. La segunda del balear sí fue mérito de Ter Stegen, felino yendo al suelo.
El campo ya era un ring y lanzó su gancho Luis Suárez, acariciando el gol en el área pequeña, donde topó Navas. El partido repartía chispas de lucimiento y le llegó el turno a Rakitic. A menudo señalado este año por el engrudo de su equipo en la medular, el croata se desquitó con un cañonazo desde la frontal inalcanzable para el portero sudamericano (1-2). Primera ventaja visitante y un cuarto de hora por delante.
Con lo que no contaba Zidane era con la expulsión de Sergio Ramos (min.77). El capitán cazó a Messi cuando tenía medio campo por delante para él solo y vio la quinta roja en un Clásico, la decimoséptima de su carrera en primera división. Más previsible era que el Madrid se abrazara a la épica cuando peor le pintaban las cosas y menos que también lo acabara haciendo el Barça.
Perdonaron la sentencia Piqué y Messi, y fue demasiado golosa la situación para los locales. Con su fe habitual, Marcelo perforó la banda, centró desde la línea de fondo y fue James el héroe inesperado. El colombiano aprovechó la parálisis de la zaga azulgrana para entrar solo y ametrallar a Ter Stegen desde cerca. Incluso la tuvo Asensio, pero volvía a ser la noche su enésima en el Bernabéu.
Reacio a cerrar el trienio de Luis Enrique sin la tercera liga consecutiva, el Barça sacó arrestos en el último minuto para trenzar una rápida jugada que pilló desprevenido a su rival. Corrió con la bola Sergi Roberto, penetró Andrés Gomes, le dobló Alba y el centro del lateral llegó franco a Messi. El argentino la colocó con rosca lejos de Navas y se quitó la camiseta para enseñarla a la hinchada blanca justo antes de que Hernández Hernández pitara el final.