MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La selección española de 'tchoukball', un deporte inclusivo en el que participan equipos mixtos similar al balonmano y muy arraigado en países como Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Brasil, afronta una temporada en la que el principal objetivo será la disputa de la Copa de Naciones en Ginebra (Suiza).
Ésta es una disciplina deportiva inclusiva con semejanzas con el balonmano y el voleibol en la que hombres y mujeres juegan juntos y es apta para personas con discapacidad. Por ello, la UNESCO lo reconoció en 2001 como 'Deporte para el desarrollo, integración y la paz'.
Es el único deporte galardonado con el Premio Thulin por la Federación Internacional de Educación Física. El juego consiste en lanzar un balón de tamaño similar al de balonmano a un marco con una red muy tensa con el objetivo de hacerlo rebotar y que salga fuera de un área delimitada y toque el suelo sin que el equipo contrario lo alcance. El contacto físico está prohibido y los defensores no pueden interceptar los pases de los atacantes.
El próximo diciembre Ginebra acogerá la Copa de Naciones y la selección española se prepara para mejorar su posición en la clasificación oficial de la Federación Internacional de Tchoukball (FITB). En la actualidad, España ocupa la posición 33 en una lista de 44 países.
Para ello, la Asociación Española de Tchoukball (AETB) trabaja en busca de patrocinadores que le permitan consolidar esta disciplina en España creando ligas por comunidades autónomas, aumentando su base de afiliados y formando a árbitros y entrenadores.
Para el profesor del Colegio Tres Olivos (Madrid) y vicepresidente de la AETB, David García, que ha formado su propio equipo con niños menores de 15 años, explicó que el tchoukball está llamado a jugar "un creciente papel en todas las fases de la educación".
"Por su carácter inclusivo, la ausencia de contacto físico, lo que disminuye las lesiones, y el fomento de valores como el respeto al rival, cada vez más colegios están incluyendo el tchoukball entre sus actividades deportivas", afirmó García.
Para seguir expandiendo la práctica de este deporte en España, la AETB pretende crear una liga infantil y participar en las categorías para menores de 15 años del Mundial.
ORÍGENES DEL TCHOUKBALL
Los orígenes del tchoukball se remontan a los años setenta, cuando el biólogo suizo Hermann Brandt, estudiando los efectos de la actividad física, se preocupó por las muchas lesiones producidas por la agresividad de ciertas prácticas deportivas. Brandt recibió el 'Premio Thulin', entregado por la Federación Internacional de Educación Física a las personalidades más relevantes por su contribución y ayuda en el desarrollo de la educación física.
Durante la década de los ochenta, Taiwán llevó al tchoukball a un nivel diferente, convirtiéndolo en el tercer deporte en el país asiático y creando más de 200 equipos para sus campeonatos nacionales. Suiza y Reino Unido consolidaron la presencia internacional del tchoukball en Europa, fundando la FITB, organismo rector global de este deporte y del que España es miembro desde 2011.
En España, el tchoukball fue introducido por Manuel Martínez Gámez, maestro y licenciado en Educación Física, especialista en juegos y deportes alternativos, quien, en 1990, tras ver unas imágenes de un campeonato de tchoukball y como entrenador de balonmano, diseñó el 'Rebotón', un juego basado en el tchoukball.