MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La Jupiler Pro League, la liga belga de fútbol, mostró su deseo de no terminar su temporada 2019-2020 y dejar su clasificación tal y como estaba antes del parón por la pandemia del coronavirus, por lo que el Brujas se ha coronado como campeón.
Así lo decidió este jueves la Junta Directiva de la liga, reunida por conferencia telefónica y en la que se determinó que la situación actual y "particularmente precaria" en el país con el coronavirus provoca que "el deporte no es ni puede ser considerado como la primera preocupación, por entretenido y relajante que sea".
De este modo, "teniendo en cuenta la salud pública", la Pro League hizo la recomendación a la Asamblea General de no reanudar la competición y ahora este organismo se reunirá el 15 de abril para ratificar o no la decisión. En el primer caso, el Brujas, que tenía una ventaja de 15 puntos sobre el Gante, sería coronado nuevo campeón de la Jupiler Pro League.
"La Junta Directiva decidió por unanimidad que no era deseable, cualquiera que sea el escenario previsto, continuar con la competición después del 30 de junio. Teniendo en cuenta los elementos anteriores, la Junta Directiva formuló una opinión unánime a la Asamblea General para no reanudar las competiciones de la temporada 19-20 y aceptar la clasificación actual como final (sujeto a las decisiones de la Comisión de Licencias)", subrayó.
"El Consejo de Administración ha tomado nota de las recomendaciones del doctor Van Ranst y las autoridades, según las cuales es muy poco probable que se puedan realizar encuentros con público antes del 30 de junio. La situación actual no nos permite saber si se puede planificar y cuándo una reanudación de los entrenamientos colectivos", añadió el comunicado de la liga.
Esta recordó que había que reanudar la actividad sin "excluir los riesgos para la salud de los jugadores, empleados y todos aquellos involucrados en la organización de partidos y el mantenimiento del orden" y advirtió que "la posible contaminación de un jugador o un núcleo de jugadores" amenazaba con influir en el resto del desarrollo de la competición "de una manera inaceptable".
"Incluso si los partidos a puerta cerrada fueran teóricamente posibles, se debería evitar la presión adicional que la organización de estos partidos pondría sobre los servicios de salud y la policía. Además, las decisiones de las autoridades locales amenazan con imposibilitar el desarrollo de jornadas de manera simultánea", prosiguió el organismo.
Este ha establecido un grupo de trabajo que examinará "los problemas deportivos y las implicaciones financieras de esta decisión" y que estudiará la posibilidad de que se pueda jugar la final de Copa y el final de la Segunda División.