MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El nuevo entrenador del RC Celta, el portugués Miguel Cardoso, ha asegurado que espera armar un equipo "competitivo", "con una mentalidad muy fuerte" y que sea "capaz de imponerse", y ha explicado que su idea de juego será "el tablero" donde se exprese el equipo, sin impedir que los jugadores "se expresen libremente".
"Soy un entrenador al que le gusta un fútbol de control, controlar en los partidos lo más posible el balón. Que sea organizado, que no sea sorprendido en contras, que mantenga una organización defensiva fuerte, una forma de jugar junta, de achicar espacios, de presionar arriba. Que sea competitivo, con una mentalidad muy fuerte, capaz de imponerse", señaló en su presentación, en la que estuvo acompañado del presidente del club, Carlos Mouriño, y del director deportivo, Felipe Miñambres.
El luso, que reconoció que estar en el Celta es "un privilegio y un orgullo", tuvo un lapsus durante su presentación por su anterior vínculo con el RC Deportivo, donde fue segundo de Domingos Paciencia en 2013. "Muchas gracias al presidente y a la dirección técnica por confiar en nosotros para empezar un nuevo proceso en el Real Club Deportivo... Real Club Celta", rectificó.
Sobre el equipo, espera empezar un nuevo "proceso colectivo" y que los jugadores lo comprendan "lo más rápido" posible. "Seguro que lo que vamos a hacer es crear un equipo que sea competitivo. Para mí eso muy importante. Lo más importante es comprender que la actitud de cada entrenamiento y cada partido nos va a decir a dónde vamos a llegar", subrayó.
En este sentido, explicó que no romperá por completo con el trabajo del destituido Antonio Mohamed, sino que tratará de aprovechar sus aspectos "positivos". "Espero que los puntos que sean positivos podamos agarrarlos, y las cosas que queramos cambiar, cambiarlas. Cogeré el trabajo que se hizo, que puede ser positivo".
"Hay que empezar una organización diferente, porque hay voluntad de cambiar algo. Lo que quiero es que en unas semanas los jugadores comprendan que tienen que interpretar una idea de juego. Esa idea será el tablero donde después se juegue el partido, sin impedir la creatividad y que los jugadores se expresen libremente. Para llegar a algún lado hay que saber a dónde ir. Quiero que mi equipo tenga una idea clara que nos va a hacer más fuertes", añadió.
Por otra parte, aseguró que el sistema "no es lo más importante en el fútbol". "El sistema es un juego de ajedrez, y el fútbol no lo es, es dinámico", dijo. "Conozco no sólo a la plantilla, sino los partidos que ha hecho. Después de salir de Francia, he seguido todos los partidos. El fútbol español es un fútbol que miramos todos", expuso Cardoso, que a principio de octubre fue destituido como técnico del Nantes francés.
Sobre su experiencia en Francia, afirmó que también puede ser positiva a pesar del despido temprano. "Todos los caminos que se hacen en la vida te pueden dar algo bueno. Creo que he sacado muchas cosas buenas de las experiencias que he vivido, y si estoy aquí hoy es por el camino que he hecho. Hasta el momento, creo que he hecho más cosas buenas que malas", apuntó.
El preparador celeste afirmó también que es importante que un entrenador sepa "la identidad del club". "El Celta tiene una identidad propia, hay que construir un equipo que pueda controlar, que sea capaz de reafirmarse en el campo, que sea agresivo, tener el balón, que sea controlador. Sabemos lo que queremos, pero es un proceso gradual. Lo más importante es la intensidad que ponemos a cada minuto", indicó.
"MOURINHO ES UNA REFERENCIA"
También se declaró admirador de José Mourinho, del que muchos encuentran similitudes en su juego. "Si un día llego a tener un palmarés como él... Para mí es una referencia. Tuve la oportunidad de cruzarme con José Mourinho cuando estaba en el Oporto, trabajaba yo en el equipo B. Ha sido un privilegio muy grande. Mourinho es Mourinho, no hay nadie que pueda ser igual. Ha marcado un espacio para los entrenadores portugueses en el fútbol europeo", expresó.
Por último, recordó sus vínculos con Galicia y la cercanía de Vigo con su localidad natal, Trofa, a 133 kilómetros. "Estar en Galicia es como estar casi en casa; hay una hora de aquí a mi casa. Recuerdo que cuando era pequeño venía a Vigo con mis padres para hacer compras. Es una unión muy fuerte. Ya de adolescente muchas veces he venido de copas; ahora no es fácil, aunque no hay voluntad y hay que cuidarse. Es una unión emocional muy grande", rememoró.