El Clásico de ida de las semifinales de la Copa del Rey, con empate entre FC Barcelona y Real Madrid (1-1) en el Camp Nou, deja todo abierto para la vuelta en el Santiago Bernabéu aunque con cierta ventaja blanca, que aprovechó un gran arranque para adelantarse con gol de Lucas Vázquez mientras que Malcom empató para un Barça que, como su rival, terminó fundido físicamente.
Al Madrid, de momento, le vale el 0-0 inicial en la vuelta gracias a un enfoque inteligente de Santiago Solari, que hizo salir a morder a los suyos, cobró ventaja y luego la administró, llegando a defenderse con un 4-5-1 cuando el Barça buscaba, sin atino, el gol de la remontada.
Finalmente Leo Messi se quedó en el banquillo, y tuvo una media hora de juego como revulsivo que, no obstante, no fue tal. Falto de la chispa física habitual en él, se reservó para un par de carreras, pero quien igualó el choque fue Malcom, el mejor junto a Nelson Semedo en una gran banda derecha, tras un disparo de Luis Suárez al palo y con Keylor Navas fuera de los tres palos.
En los blancos Vinicius estuvo muy activo, pero fue de los pocos que en ataque dio algo diferente. Tuvo el Madrid otras ocasiones de gol, con Toni Kroos desde lejos, pero lo cierto es que la segunda parte fue claramente blaugrana. Sólo la falta de clarividencia en los metros finales privaron al equipo culé de la remontada, a la que están obligados, de nuevo, para la vuelta.
El Real Madrid anuló la habitual presión alta del Barça avanzándose en hacerlo. Salió fuerte el equipo de Santiago Solari, con una marca casi individual y muy adelantada, logrando dos ocasiones en seis minutos y la segunda la convirtió en gol Lucas Vázquez, anticipándose a Lenglet para rematar de primeras la asistencia de Karim Benzema.
Una salida en tromba que tuvo cierta continuidad hasta el minuto 20. El Barça, impreciso e incómodo, daba la sensación de llegar tarde a cada acción, y aparecieron las pérdidas. Y, de ellas, casi salió el 0-2 pero el Madrid perdió el acierto inicial ante Marc-André Ter Stegen.
Pero el Barça se fue desperezando a medida que el Madrid aflojaba en su intensa presión inicial. La banda derecha fue la mejor, con Nelson Semedo desatado en defensa y en ataque, con Malcom acertado en el desborde aunque no en el último pase. Por la izquierda, Philippe Coutinho estuvo mal, casi sin presencia, y dejó a Suárez muy solo.
Aun así, Keylor Navas tuvo trabajo. Detuvo un mano a mano a Malcom, en una acción anulada por fuera de juego que el VAR seguramente hubiera dado por buena. Lo probó Piqué, de cabeza, y Rakitic también envió un testarazo al larguero, en la mejor ocasión para un Barça que fue de menos a más aunque sin destellos ni buen juego.
La revolución llegó con la entrada de Leo Messi en el minuto 64, al mismo tiempo que entró Gareth Bale por el eléctrico y motivado Vinicius Jr. El partido ya estaba igualado en el marcador, y más blaugrana que blanco en cuanto a juego, y el '10', pese a no estar a tope a nivel físico, hizo recular al Madrid hacia la meta de Navas pero sin tener ninguna ocasión en sus botas. No fue decisivo el '10', y estas tablas dejan todo por decidir en el Bernabéu.