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Ernesto Valverde BarcelonaFCB

El FC Barcelona ha empatado este martes en el Giuseppe Meazza ante el Inter de Milán (1-1), en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, y se queda a las puertas de sellar el liderato aunque sí logra el pase a los octavos de final con un gol del debutante Malcom que finalmente igualó Icardi para los interistas.

Faltó el acierto en el Barça en una gran primera parte de los blaugranas, con incontables ocasiones de peligro despejadas por el muro que fue el guardameta esloveno Samir Handanovic. Un desatino en el remate que hizo que el Inter, con el gol de Icardi en el único remate de peligro entre palos, salvara ese punto.

Esta vez el Barça no ha podido ganar sin su capitán Leo Messi, que finalmente no estuvo ni en el banquillo al no estar bien de su lesión en el brazo. Y eso que, con el gol de Malcom en el minuto 83, en el debut del brasileño en la 'Champions', parecía que el equipo de Ernesto Valverde seguiría con la racha triunfal sin el '10'.

Icardi rescató ese empate en el minuto 87, haciéndose con un balón dentro del área tras un mal rechace de Sergio Busquets, girándose y marcando entre varias piernas. Gran premio para un Inter que en la segunda parte intentó estirar líneas pero que, en la primera parte, vio una gran lección de fútbol como víctima o espectador.

Solo Handanovic, quizá esa ausencia de Leo Messi, junto a un infortunio de Luis Suárez que intentó batir al meta de todas las maneras posibles --desde lejos, cerca, de chut potente y hasta de vaselina con el exterior del pie-- evitaron que el Barça salga líder del Giuseppe Meazza, aunque ya esté clasificado pese al triunfo agónico del Tottenham ante el PSV Eindhoven.

Fue un partido bueno, entretenido sobre todo en la segunda parte cuando el Inter intentó desperezarse, aunque no llegara a tener oportunidades de gol más allá del tanto de Mauro Icardi, ante el equipo en el que se formó y al que asegura estar agradecido. Un duelo eléctrico, de idas y venidas, que deja a ambos en la zona alta de la tabla.

Más allá de Luis Suárez, incansable buscando la grieta en el muro de Handanovic, lo intentó Ivan Rakitic de lejos o Philippe Coutinho, que se pareció más a su mejor versión, pero sin acierto. Tuvo que ser Malcom, entrando por un desacertado Ousmane Dembélé, quien en su debut en la 'Champions' con el Barça lograra batir al meta esloveno.

Lo hizo con la zurda, de disparo raso y potente, al que no llegó Handanovic. Y, tras marcar, se fue al córner con las manos en la cara para esconder las lágrimas, de alegría, emoción y quién sabe de qué más. Pero unas lágrimas que, de no haber estado presentes, hubieran dejado finalmente una derrota blaugrana.

Recurso efectivo de Ernesto Valverde, que podría tener a Malcom más en cuenta para el futuro. También entró, previamente, Arturo Vidal al campo en lugar de un Arthur agotado tras un buen trabajo, en la creación y también en defensa. Otro buen partido del Barça, esta vez sin eficiencia goleadora y ante un Inter muy italiano que deja abierta la lucha por el liderato.

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