BARCELONA, 14 (EUROPA PRESS)

Ernesto Valverde fue cesado el lunes por parte de la Junta Directiva del FC Barcelona en base a las malas sensaciones del equipo, y de los malos augurios de cara a poder conseguir algún título esta temporada, en una maniobra que no ha gustado a mucha gente y que pone fin a la etapa de un 'Txingurri' que se va con buenos resultados aunque con un lastre en Europa.

Valverde ha ganado más del doble de partidos que la suma de los que ha empatado o perdido. Además, su balance de goles a favor respecto a los goles encajados es más que positivo, y ha liderado LaLiga Santander en 80 de las 95 jornadas en las que ha estado en el cargo.

Un gran porcentaje de éxito en LaLiga Santander que se tradujo en la consecución de dos títulos en las primeras dos temporadas y, en la actual, deja al equipo líder aunque con los mismos 40 puntos que el Real Madrid, con 19 jornadas disputadas.

Números que para nada hacen pensar en un cese, menos si se añade una Copa del Rey y una Supercopa de España al palmarés del técnico en su etapa blaugrana. No obstante, ha tenido mucho peso en la decisión del presidente, Josep Maria Bartomeu, las dos duras derrotas en la Liga de Campeones.

El no ser capaces de ganar la última Copa del Rey o el tropiezo reciente en la novedosa Supercopa en Arabia Saudí, cayendo en semifinales ante el Atlético de Madrid en un duelo que ganaban a falta de diez minutos para el final, han influido en el cese igual que la pérdida del ADN Barça y de un juego ofensivo y vistoso que costaba cada vez más ver sobre el césped.

Estos puntos negativos han hecho que Bartomeu se desdiga. Y es que, el 16 de mayo de 2019, aseguró que le diría a Valverde que tenía "el apoyo de la Junta y del presidente". "Es el entrenador que queremos. Le renovamos hace poco", comentó el presidente a los medios en la presentación de un libro sobre la figura de Kubala, en Barcelona.

Días después, el 23 de mayo de 2019, ante el Senado blaugrana, puso "en valor" al 'Txingurri'. "Es alguien que de manera discreta, con respeto y desde la inteligencia está gestionando nuestro equipo y la incorporación progresiva de nuevos valores. Me refiero a Ernesto Valverde, en quien confiamos plenamente", valoró.

Pero esas declaraciones, después del varapalo de Anfield en el que los blaugranas se quedaron fuera de la final de la Liga de Campeones al perder 4-0 y dejar escapar la ventaja del 3-0 de la ida en el Camp Nou, fueron seguidas de la derrota en la final de la Copa ante el Valencia CF.

Aún así, Bartomeu apostó por dar un año más de confianza a Valverde y le permitió seguir llevando las riendas de un equipo que no había demostrado, en esa noche fatídica de Anfield, haber aprendido la lección de un año antes en Roma, cuando también se dejaron remontar un 4-1 de la ida, entonces en cuartos.

La apuesta del club fue dar confianza a Valverde y éste, con una plantilla a la que llegaron Antoine Griezmann o Frenkie De Jong para dar aire nuevo, no empezó bien el curso al perder en su anterior casa, San Mamés, contra el Athletic Club. En las 19 jornadas de esta Liga, el equipo ha perdido tres partidos, algo nada habitual en los últimos cursos.

De hecho, en la primera temporada sólo se perdió un partido de Liga, y en la segunda campaña fueron tres las derrotas --una de ellas en el Camp Nou ante el Real Betis de Quique Setién-- y, la última, ya con el título ganado. Un retroceso que también se puede situar en los 'contras' de Valverde.

En los 'pros', está que ha dado solidez al Barça en LaLiga pese a este arranque irregular. Se va dejando al equipo líder, y vivo en la Liga de Campeones tras superar, como líder, un difícil grupo con Inter de Milán, Borussia Dortmund y Slavia Praga. Y, en la Copa del Rey, con todo por jugar y lograr.

Así que no parece ser por una cuestión meramente deportiva o resultadista que Valverde no sigue en el banquillo blaugrana. El juego, las sensaciones, ese 'feeling' tan a la orden del día, parecen que han inclinado la balanza hacia su adiós. Un adiós, por cierto, convulso y rebuscado, saliendo a la palestra nombres y reuniones con sus posibles sustitutos cuando Valverde todavía dirigía sesiones de entrenamiento y tenía contrato en vigor. Una gestión que difícilmente entra en los valores de ser 'més que un club'.

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