El futuro de Gareth Bale está más en el aire que nunca. Tras una gran temporada de debut, en la que marcó muchos goles y algunos decisivos, el galés ha completado una campaña nefasta y muchos le culpan del año en blanco del Real Madrid.
La exigencia para un jugador que ha costado casi 100 millones de euros debe ser máxima temporada tras temporada. Es cierto que Bale estuvo lesionado en un tramo de la temporada, pero el ambiente en el entorno del Real Madrid es que esta ha sido una temporada decepcionante en todos los sentidos.
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El galés no ha logrado asociarse tan bien como en la primera temporada con sus compañeros y no ha sacado la cara cuando han faltado Cristiano u otros jugadores encargados de las labores ofensivas. Sin ir más lejos, en el último partido ante la Juventus acaparó varias jugadas de peligro pero las falló todas.
Pero no hay que medirlo por un partido, sino por toda una temporada en la que ha primado el individualismo a el trabajo en equipo. Esta situación, sumada a su titularidad indiscutible a pesar de su mala campaña, ha sembrado las primeras dudas sobre su fichaje en la afición y el cuerpo técnico.
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En contra de lo que pueda parecer, el galés ha logrado 13 goles y ocho asistencias en la Liga. Números que no están del todo mal, pero que podrían haber sido mejores para un jugador de su importancia. El jugador parece incómodo sobre el campo y el Manchester United ya ha preguntado por él, para que cambie de aires por unos 150 millones de euros, según algunos medios británicos.
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