MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
El cineasta chino Wang Quan'an dirige la película 'El huevo del dinosaurio', una película con la que viaja a la vida nómada en los paisajes de Mongolia por la que recibió la Espiga de Oro en la pasada edición de la Seminci de Valladolid.
"El sexo es un modo de reproducción animal, especial y corriente a la vez. En realidad, dentro de la naturaleza, el sexo es una cuestión de lo más común, son los humanos quienes lo han convertido en algo complicado", ha señalado en declaraciones a Europa Press Wang Quan'an, con motivo del estreno de la cinta en los cines españoles.
La película arranca con el hallazgo del cadáver de una mujer asesinada en la estepa de Mongolia. Durante la noche, un policía joven e inexperto tiene que asegurar la escena del crimen y, dado que no está familiarizado el lugar, le envían a una pastora lugareña para protegerle a él y al cadáver.
La figura femenina de esta película tiene para el director un "doble sentido". Por un lado, es una mujer de Mongolia, y además es una mujer que vive dentro de la naturaleza como pastora nómada. "En comparación con las mujeres modernas de la ciudad, estas otras mujeres tienen una suerte de independencia genuina, tanto a la hora de valorar una cuestión como en habilidades de supervivencia", ha dicho.
En la película, el cineasta muestra cómo las habilidades de esta mujer están "en su mayoría relacionadas con el mundo natural", al tiempo que refleja a una "heroína" que se basa en las relaciones de "los lugares remotos y sin reglas".
"Un día conocí a una mujer diciéndome que había tenido cuatro hijos con cuatro hombres distintos, sin haberse casado nunca. Todo esto llamó mi atención al instante y pensé que era justo la protagonista que quería", ha dicho el director, que consiguió el Oso de Oro en la Berlinale de 2006 con la película 'La boda de Tuya'.
La película se desenvuelve entre el cine negro, el documental o el drama a medida que transcurre la acción. Tal y como ha explicado Quan'an, la cinta "persigue romper con las formas" en las que acostumbra a ver "la naturaleza y el cine", con la intención de conducir a la audiencia hacia "una reflexión más amplia y profunda".
"En esta película la muerte es también vida, lo absurdo encierra solemnidad y se intenta romper con los géneros cinematográficos", ha dicho.
"QUERÍA HACER UNA PELÍCULA BELLA"
El motivo principal por el que este cineasta chino decidió rodar en Mongolia es "poder encuadrar la historia en un marco natural" y hablar así del "género humano, de la naturaleza y de una forma inimaginable de reproducción". "Por supuesto, sea como fuere, quería hacer una película bella", ha resaltado.
Además, el director trata de reflejar la vida con la mayor veracidad. "Mongolia siempre ha sido una tierra de pastores nómadas, y esto implica modos de vida que necesariamente han de converger con la naturaleza. Se podría decir que las imágenes que vemos en la película son las mismas que los mongoles ven en su vida", sostiene.