SAN SEBASTIÁN, 25 (EUROPA PRESS)
El director de cine Gonçalo Waddington habla en su película 'Patrick', que compite en Sección Oficial del 67 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, sobre las secuelas emocionales de los abusos sufridos en la infancia pero sin pretender dar "una lección moral".
Waddington ha presentado su filme en rueda de prensa en el certamen donostiarra junto a los actores Alba Baptista, Hugo Fernandes, Carla Maciel, Teresa Sobral y el productor Luis Urbano.
El cineasta ha explicado que el espectador "se siente como una marioneta" que ve "pequeñas líneas muy sutiles que hacen que la película vaya avanzando". En cuanto al protagonista, Patrick (Hugo Fernandes), que sufre abusos en su infancia y es secuestrado a los 10 años convirtiéndose después en abusador, ha explicado que sí tiene "una noción del bien y del mal" pero "hay que entender que es una cuestión de educación, una especie de formación social". "Y él pasa ocho años con una persona que le forma de una forma muy especial, era su amigo, su amante, su todo", ha añadido.
A juicio del director está bien que el espectador se pregunte sobre la "moralidad" del protagonista, porque eso le hará "pensar en las cuestiones morales", pero, en todo caso, ha explicado que él no quiere ofrecer "una lección moral" en esta película, sino que "la gente piense sobre las cuestiones morales".
"Es una especie de veneno 'a posteriori', te ha picado, pero no te has curado", ha señalado, para añadir que en la vida "hay buenas personas que hacen cosas horribles y malas personas que hacen cosas buenas". En este contexto, ha opinado que si Patrick "tuviera consciencia de su estado mental se mataría", por eso "es mejor que no tenga educación emocional". "Emocionalmente está muerto, le han quitado todo", ha explicado.
Waddigton ha apuntado que Patrick "quiere encontrarse a sí mismo y decirse quién es, quiere elegir su vida y su destino". En cuanto al uso recurrente de los primeros planos, ha señalado que planificó que en los planos hubiera una "especie de triangulación", de manera que cuando se muestra la acción y reacción de los personajes, hace que el espectador se pregunte "sobre cómo procesar esa información, y nunca de forma directa".
En cuanto a la elección de Fernandes para interpretar a Patrick, el cineasta ha señalado que en la primera prueba fue "muy esquivo" y no le miraba directamente a los ojos, porque luego le contó que "había tenido una mala experiencia en otra película", pero fue precisamente "la manera en que miraba a la cámara" lo que le llevó a darle el papel.
Maciel, por su parte, ha explicado que, para preparar el rodaje, el reparto hizo "una especie de residencia artística" en la que hablaron "mucho de moral" y en la que, según Sobral, construyeron "todo el pasado de los personajes que no está en la película". Lo hicieron, además, "de manera pormenorizada", de manera que cuando comenzaron a rodar "estábamos todos en una base de un destrozo que había pasado antes, para poder estar destrozados".
Respecto a Patrick ha señalado que "él cree que se ha convertido en un monstruo", algo que le resulta "difícil" de gestionar, porque su familia pensaría "que estaría muerto y vuelve convertido en alguien completamente destrozado".
Por su parte, Fernandes ha señalado que a la hora de preparar su personaje lo hizo "a conciencia" y antes del rodaje realizó varios viajes a Portugal para conocer al equipo de la película lo cual le permitió sentirse "bien con todos los actores".