VALÈNCIA, 25 (EUROPA PRESS)

El escritor Pere Cervantes (Barcelona, 1971) asegura que en España, "con las ganas de superar la dictadura franquista y ser democráticos", ha habido cierta precipitación en la Transición: "Nos precipitamos a la hora de enterrar la memoria histórica y en esos kilos de tierra que echamos encima hay una ignorancia peligrosa y lo vemos estos días en algunos eventos y símbolos".

Así lo ha manifestado el autor, en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación de su nueva novela, 'El chico de las bobinas' (Destino), ambientada en la Barcelona de 1945, en plena postguerra.

Nil Roig, un niño que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas, es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un inspector franquista sin escrúpulos.

'El chico de las bobinas' --que ha conseguido "el milagro" de alcanzar en pocos días la segunda edición después de salir a la venta las puertas de la declaración del estado de alarma por la Covid-19-- realiza un doble homenaje.

Por una parte, explica Cervantes, a las mujeres. El autor señala que uno de los motores de esta historia es su trabajo como observador de paz para la ONU en Kosovo y para la Unión Europea en Bosnia-Herzegovina. "No viví la posguerra española, pero sí la de los Balcanes y ahí es donde vi a esas heroínas que han pasado por la historia en silencio, sobre todo las madres. El cuerpo me pedía trasladarlo a la época de la postgerra española y quería recordar a las mujeres jóvenes, ahora que afortunadamente el movimiento por la igualdad tiene importancia, el papel de sus abuelas", relata.

El escritor también rinde un tributo al cine desde las letras, algo que no suele ser habitual, observa. Y lo hace escogiendo "el período histórico de España en el que el cine más hizo por los ciudadanos: los cines fueron refugios para que la gente pudiera seguir soñando".

Pere Cervantes hace un paralelismo con la importancia que la cultura ha tenido durante el confinamiento por la Covid-19. "La cultura es esencial, antes los cines fueron los santuarios para poder soñar, ahora son los sofás de nuestras casa y Netflix", asevera.

Estas reivindicaciones se envuelven en una obra que mezcla géneros, la novela negra, el thriller histórico, el espionaje y el costumbrismo, con un meditado trabajo de documentación. La ambientación histórica es importante, recalca el autor.

"Calificar esta novela como de memoria histórica sería exagerado por mi parte, aunque sí quiere ser un grito para que estemos atentos a lo que pasó, porque, si no, no aprenderemos". En este sentido, considera que "hay términos que escuecen, como fascismo, nazismo y dictadura y los líderes políticos los utilizan de una manera muy gratuita. Eso cala y hay a quien el fascismo le parece algo chic, se lo tatúa, porta banderas, y no piensa en los millones de judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial".

"NOS SORPRENDE ENFRENTARNOS A LA CRUELDAD"

El autor constata que un personaje como el villano Valiente, un despiadado policía franquista, aún impacta a lectores. "Nos sorprende enfrentarnos a la crueldad humana; algunos lectores me han dicho que Valiente es demasiado crudo pero es que el 90 por ciento del personaje está basado e la realidad, es una compilación de conductas que existieron". Ha apostillado que, aunque "la Policía de hoy no tiene nada que ver con la de entonces, lamentablemente esa percepción persiste todavía".

Por último, Cervantes reflexiona sobre el hecho de que "la literatura es compromiso". "En mi caso, tengo la ambición de escribir libros que sean capaces de entretener y emocionar, si lo consiguen estoy más que satisfecho", concluye.

Pere Cervantes es autor de las novelas 'Rompeolas' (2013), 'No nos dejan ser niños' (2014), 'La mirada de Chapman' (2016), 'Tres minutos de color' (2017) y 'Golpes' (2018); las dos últimas han recibido respectivamente el Premio de Novela Cartagena Negra en 2018 y el Premio Letras del Mediterráneo 2018 a la mejor novela negra. 'El chico de las bobinas' ya cuenta con varias traducciones internacionales, entre las que destacan las de Alemania e Italia.

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