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El escritor José Ángel MañasRICARDO RONCERO - Archivo

VALÈNCIA, 14 (EUROPA PRESS)

El escritor José Ángel Mañas afirma que "el espacio artístico es un carnaval en el que no hay reglas" y sería "un gran error censurarlo" porque para la sociedad es "bueno que exista ese lugar catártico y libérrimo".

Así lo ha asegurado Mañas en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en València de su libro 'La última juerga', esperada secuela de 'Historias del Kronen' con la que ha ganado el LI Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2019. Junto a él visita la capital del Turia la ganadora del galardón Ateneo Joven, Mercedes Fisteus, con la obra 'Dentro de dos años'. Algaida publica ambos volúmenes.

José Ángel Mañas (Madrid, 1971) rescata en 'La última juerga' a dos de los personajes de su mayor éxito, 'Historias del Kronen': Carlos, el más kamikaze de la pandilla, y Pedro, el más conservador.

A partir de este reencuentro, el autor crea una obra donde "el humor y un punto tragicómico" desempeñan un papel crucial para no repetirse y divertir con una especie de "'Resacón en Las Vegas' a la española", comenta. Por ello, en esta ocasión los protagonistas no revisitan los locales de ocio de Madrid, sino que transitan por otros puntos de España en una suerte de 'road movie' en la que se mantienen "la incorrección y el veneno".

El novelista reconoce que esta obra ha estado llena de dificultades, ya que "el panorama ha cambiado absolutamente y es muy difícil para un personaje como el de Carlos, negativo, muy políticamente incorrecto y misántropo". "Tenía la sensación de andar por un campo de minas", confiesa Mañas, que apunta que para superarlo optó por "no tomarse demasiado en serio". "Quería divertirme, ser irreverente, que los lectores disfruten leyendo", ha aseverado.

Sobre los cambios de la sociedad actual y un posible mayor peso del puritanismo, Mañas cree que ahora "hay muchos filtros, te cuestionan más y una obra como el Kronen, posiblemente, no se publicaría". No obstante, el autor no considera que pensar más las cosas sea necesariamente algo negativo: "Las presiones sociales pueden ahogar la creación pero también pueden ser un estímulo que te obliga a ser más sutil, fino e inteligente".

Sin embargo, Mañas defiende "una lógica de contextos". "El arte --razona-- es un espacio carnavelesco. Uno debe medir sus palabras en un espacio social, pero el espacio artístico es un carnaval y ahí no hay reglas, en ese momento todo está permitido y no se puede ser responsable de lo que diga una máscara. Es bueno para la sociedad que exista un espacio sin reglas, libérrimo, y sería una gran error censurar ese espacio en concreto", sostiene.

La huella de las más de dos décadas que separan al Kronen de 'La última juerga' se nota en la música, en los medios de comunicación... ¿Y en la literatura? Mañas manifiesta que esta "sigue teniendo los mismo retos" pero sí ha cambiado "el negocio editorial". "Ahora los grandes comerciales son los 'youtubers'", dice.

Asimismo, observa que "la novela, en concreto, ha ido perdiendo "relevancia social" y "resecándose". "Antes, sobre todo en el siglo XIX, era el vehículo para contar historias pero de repente aparece el cine, que también lo hace; después surge el rock, que comienza a dar testimonio de las inquietudes de la juventud del momento...".

Precisamente por esa complejidad e, incluso, "caos" del mercado editorial, Mañas valora el triunfo de permanecer. "Llevar 25 años de carrera cada vez me parece más difícil en un mundo muy complejo en el que la gente lee poco y hay una actitud de pánico del mercado publicando muchos títulos pero que se leen menos". En su opinión, sería importante que autores, libreros, periodistas etc. trabajaran por "cuidar más aquello que sale". "Pero ¿cómo se puede regular?", plantea.

En términos similares se pronuncia Mercedes Fisteus (Villablino, León, 1995), quien celebra que la consecución del Premio Ateneo Joven le permite entrar en el panorama literario "por la puerta grande con un galardón de prestigio que le da una especie de seguro sobre la calidad que pueda tener la novela".

"IMPACIENCIA"

"Este es un apoyo que no tendría por la autopublicación, una opción que para mí es el último camino a tomar. Veo mucha impaciencia en la gente de ahora", señala.

Ella ha sido paciente, ya que la idea de 'Dentro de dos años' la tuvo en el instituto. En el libro viaja al episodio histórico de los juicios por brujería de Salem para plantear cuestiones de género y comparar aspectos sobre las sociedades del pasado y el presente aportando una mirada novedosa: la mezcla de géneros y la voz del juez principal del proceso.

La joven autora hace notar que la caza de brujas es un fenómeno aún vigente. "Es lo que experimentan algunas personas que sufren persecución en las redes sociales", apunta.

Fisteus agrega que ya trabaja en nuevos proyectos y que su voluntad es seguir un tiempo con el género histórico para recuperar episodios algo olvidados que se centren en la figura de la mujer.

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