MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La Academia de España en Roma se vio obligada el pasado mes de marzo, al igual que el resto del país italiano, a cerrar sus puertas por la pandemia de coronavirus, si bien apostó por mantener las becas de residencia a una veintena de artistas españoles, que ahora reconocen haber vivido "una película de ciencia ficción".
Es el caso de Ana Zamora, directora artística de la compañía teatral Nao de amores, quien reconoce en declaraciones a Europa Press que "pese a que había señales tremendas por todos los sitios, fue una bola enorme que se llevó todo por delante". "Toda esta pandemia la hemos vivido con una sensación de irrealidad, como estar delante de una pantalla", ha señalado.
Zamora se encontraba en Cerdeña --junto a otro compañero becado, el ilustrador Adolfo Serra-- recabando información para su proyecto, que gira en torno a la tradición de títeres italianos. "Allí nos dimos ya cuenta de la gravedad del asunto porque igual no podíamos salir de la isla, y fue llegar a Roma y empezar el confinamiento", ha indicado.
A partir de ahí, su proyecto se vio afectado y su forma de trabajar cambió: todo el trabajo de campo previsto, incluidos varios viajes al sur de Italia, se paró para dar paso a la parte bibliográfica de la que disponía en la residencia. "Desde el pasado lunes han vuelto a abrir las bibliotecas, pero hasta ahora he tenido que ver el mundo teatral por la pantalla: suerte que tengo un proyecto bien armado contra pandemias", ha ironizado Zamora.
Durante estos dos meses, la Academia estableció un protocolo de seguridad que incluía la medición de la temperatura así como la provisión de guantes y mascarillas, que se acompañaba con la recomendación de salir a la calle "lo mínimo posible" y siguiendo la normativa establecida por las autoridades.
Así lo hizo Adolfo Serra, quien recuerda cómo salió a la compra el primer día y estuvo tres semanas sin salir a la calle después. En su caso de ilustrador, ha señalado cómo sí se vio afectado por estas restricciones de movimiento, en especial para contar con material suministrado por proveedores.
No obstante, ese aislamiento le sirvió para crear un proyecto paralelo al que desarrollaba en la Academia. "Los típicos puestos de flores de aquí empezaron a cerrar y se quedaron plantas dentro. Aproveché para hacer una reflexión sobre las personas aisladas y las plantas que se marchitan: en períodos difíciles es necesario dar rienda suelta a la creatividad", ha confesado.
UN 'SHOCK' Y LA MUERTE DE UN FAMILIAR
Por su parte, la ilustradora Carla Berrocal reconoce haberlo vivido al principio como una "película de ciencia ficción que te pilla hiperlejana" y, más tarde, con un bloqueo creativo al ver que con el confinamiento "la realidad cambiaba y parecía que no había ningún tipo de control sobre la vida".
"Ver el Trastevere vacío, todos los restaurantes vacíos...fue un golpe muy duro y una sensación de irrealidad constante", reconoce Berrocal, quien durante esta beca prepara un cómic sobre la vida de Concha Piquer que saldrá publicado el año que viene. Además, a las tres semanas de bloqueo creativo de la artista se sumó una triste noticia.
"Tenía problemas de concentración y no podía dibujar absolutamente nada. Entre medias falleció mi abuela en una residencia y es bastante probable que muriera por coronavirus. El duelo en esas circunstancias...fue todo muy extraño", ha lamentado. Solo cuando empezó a marcarse una ligera rutina con ejercicios comenzó a salir de esa situación.
Zamora ha explicado que, en su caso, el proceso creativo durante la pandemia se juntó con "una sensación de responsabilidad". "A mí me pasó lo contrario que a Carla y eso es bonito. Sentí que éramos unos verdaderos privilegiados y que en una situación tremenda como la que estábamos, la responsabilidad se multiplicaba y teníamos obligación de trabajar el doble. No me podía permitir estar fuera de control", ha señalado.
Y AHORA, ¿QUÉ?
Respecto al futuro que espera a estos artistas --la beca termina en junio--, Zamora admite que "lo que mata ahora mismo es la imposibilidad de hacer planes". "Cada día cambia el futuro y ya no se puedo planificar nada. En breve tenía pensado empezar festivales de teatro y hacer giras, pero aún no se sabe si se van a hacer", ha señalado.
"Esperaremos a ver qué dicen las autoridades, pero, por el momento, es todo peculiar: ahora que se permiten paseos, ir por una ciudad tan majestuosa como Roma con menos gente es como mirar un escaparate", bromea Serra. "Desde el primer momento mi idea era quedarme en verano para intentar disfrutar de Roma y, ahora que la cosa está más tranquila, mi idea es esa: dentro de lo malo nos ha pasado, lo hemos vivido en el sitio mas maravilloso", ha concluido Berrocal.