MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

El escritor Antonio Scurati asegura que, cien años después de la dictadura fascista italiana (1922-1943), están surgiendo "nuevos Mussolini" que agitan a las masas y matiza que, aunque estas nuevas figuras son "igual de populistas" que el dictador, no son los fascistas "de camisa negra y porra" de antaño, sino que tienen "otros aspectos".

Así lo ha expresado en declaraciones a los medios con motivo de la publicación de su último libro, 'M. El hijo del siglo' (Alfaguara), una novela documental que conforma la primera parte de una trilogía que narra la relación de Benito Mussolini con el fascismo, desde sus inicios hasta la caída del régimen. En concreto, este primer volumen se centra en los primeros cinco años del auge del fascismo en italia, que comenzó con la fundación de los 'Fasci di Combattimento'.

El autor considera que el "error" es tratar de buscar figuras políticas que se parezcan a Mussolini y destaca la importancia de "dejar de mirar al escenario" y centrar la atención en el "patio de butacas donde está la gente" porque, a su juicio, "el miedo, el rencor y la desilución" de la sociedad son el "caldo de cultivo" del fascismo.

A pesar de que se declara abiertamente antifascista, Scurati reconoce que Mussolini fue un "hombre de gran talento" que "supo inflamar los sentimientos tristes" de la sociedad hacia la revolución socialista del momento y transformar el miedo en odio, un sentimiento de reacción por uno de proacción.

Sin embargo, puntualiza que tanto el caldo de cultivo como la personalidad de Mussolini fueron clave para su éxito en Italia y señala que la eficacia de su acción política no estaba en sus virtudes, sino en sus vicios: la mezquindad, la deslealtad y la capacidad de cambiar de bando. "A Mussolini no le faltaba ninguno de los vicios que hacen de un político un líder ganador", ha subrayado.

MUSSOLINI, PRIMER LÍDER POPULISTA EN HABLAR A LAS MASAS

El italiano ha explicado que Mussolini inventó una nueva forma de hacer política, evitando no dirigirse al pueblo y "ejercer el poder de forma oculta" , tal y como hacía la clase política de la época, así como siendo "el primer líder populista" en dirigirse a las masas "recitando en plan teatral y gesticulando con su cuerpo".

"Nosotros, los intelectuales, somos idiotas y estamos equivocados cuando nos reímos y pensamos que usar el cuerpo para comunicarse con la gente es ridículo porque es una manera realmente eficaz. De Mussoloni decían que era un maestro clásico porque, como no experimentaba ningún sentimiento, era capaz de recitarlos todos", ha apostillado.

Para el escritor, uno de los elementos más relevantes para evitar que las ideologías neofascistas florezcan y se asienten, cien años después del inicio de la dictadura italiana, es la "implicación" de las personas que lideran la política actual y recuerda que "la historia es siempre la lucha por la historia".

"Si miramos lo que ocurre hace cien años, es casi conmovedor que hombres inteligentes de aquella época, como Benedetto Croce, exponente del pensamiento liberal que infravaloró el fascismo, no entendieron qué estaba sucediendo y el resultado final, aunque parecía que no podía ser, fue que Mussolini llegó al poder", sostiene.

En esta línea, afirma que prefiere no señalar a las figuras políticas actuales que podrían ser los sucesores de Mussolini y deposita su confianza en la inteligencia de la sociedad para deducir "lo que sea".

"TWITTER PROLONGA LA REVOLUCIÓN DE MUSSOLINI EN COMUNICACIÓN"

Por otra parte, Scurati asegura que la comunicación política que se ejerce en las redes sociales, especialmente en Twitter, es una prolongación de la revolución que Mussolini introdujo en la manera de escribir sobre política en la prensa.

Así, el escritor recupera en 'M. El hijo del siglo' la actividad de Mussolini "como un periodista brillante" y su etapa como director del diario 'Avanti!' de Milán, periódico del partido socialista en el que el dictador dejó de lado la "prosa decimonónica recargada" de los políticos socialiasta burgueses que escribían en él.

"Mussolini opera una verdadera revolucion en el ámbito de la comunicación periodística política, empezando a utilizar frases breves tipo eslogan que comenzaban siempre con un 'yo afirmo o yo prometo' y que no tenían relación entre las frases y la realidad, porque una semana después afirmaba lo contrario", subraya.

Scurati reconoce que ve en la forma de escribir de Mussolini un "precedente" de la comunicación vía Twitter porque, en su opinión, la violencia verbal es la misma, aunque matiza que las redes sociales no sustituyen a la violencia física "de puñales y armas" que ejercía el Partido Fascista italiano.

El autor, que considera que la sociedad está atravesando un "umbral historico muy importante y grave", afirma que uno de los propósitos que persigue con este libro es dar a conocer "que el fascismo es el mal" de una manera nueva que llegue a los jóvenes y les explique este principio de forma neutra, para que ellos mismos alcancen esa conclusión y no simpaticen con ideologías neofascistas.

De este modo, explica que actualmente no se puede hablar de fascismo igual que hace diez años, "cuando los que querían ser parte de la comunidad debían condenar el fascismo de manera preliminar" y los neofascistas estaban en el margen de las sociedad.

"Esta condena preliminar, que yo llamo 'prejudicial antifascista', ha desaparecido y eso es algo que se puede ver, por ejemplo, en Salvini. él coquete con su público pronunciando frases que son notoriamente de Mussolini, algo impensable hace diez años", señala.

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