La exitosa migración de Ethereum al modelo de consenso prueba de participación (proof of stake -PoS-), que tuvo lugar el 15 de septiembre, sólo fue el primer paso de un largo camino de mejoras tecnológicas que recorrerá la cadena de bloques donde se despliegan la mayoría de aplicaciones comerciales de la tecnología blockchain. Se prevé que cuando todas las fases diseñadas por sus desarrolladores se hayan implementado, la red rival del bitcoin acabe imponiéndose como hegemónica por su velocidad de transacciones y sus infinitos casos de uso. Pero la versión definitiva tardará en llegar algunos años.
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Ethereum es una cadena de bloques descentralizada y de código abierto con funcionalidad de contrato inteligente. En términos de capitalización de mercado, el ether -el token de la cadena de bloques- es la segunda criptomoneda más importante. Su cuota de mercado es aproximadamente un 50% menor que la del bitcoin y tres veces más que la tercera criptomoneda.
A diferencia del bitcoin, que es considerado un activo meramente especulativo, el ether sí tiene un caso de uso real en el día a día. Su objetivo principal es facilitar y monetizar el funcionamiento de los contratos inteligentes de Ethereum y su plataforma de aplicaciones descentralizadas. No está diseñado como un sistema monetario alternativo, como es el caso del bitcoin. Tal vez por esta razón, la mayoría de las aplicaciones de Finanzas descentralizadas (DeFi) se basan principalmente en los contratos inteligentes de la blockchain Ethereum.
Expertos consultados aseguran que cuando la hoja de ruta diseñada por los desarrolladores de Ethereum esté implementada al completo, elevará exponencialmente estos casos de uso que ya han convertido esta red en la más utilizada por los negocios del ecosistema criptográfico.
Por el momento, con 'La Fusión' ('The Merge'), el desarrollo de Ethereum sólo se ha completado en un 55%, según Vitalik Buterin (cofundador de Ethereum).
En concreto, no mejorará inmediatamente la velocidad de las transacciones de Ethereum y las tasas de gas. Actualmente, la red Ethereum puede procesar entre 15 y 20 transacciones por segundo, aunque la actualización de la Capa 2 ha supuesto algunas mejoras. La Capa 2 es un blockchain separado y combina múltiples transacciones fuera de la cadena en una sola transacción de la Capa 1 (el blockchain base). "El desarrollo de la Capa 2 ha reducido algunas congestiones en la red, pero sigue siendo un problema", señalan los expertos de Deutsche Bank. "La Capa 2 puede reducir las tasas de gas hasta 100 veces, pero el ether sigue siendo una de las monedas más caras para realizar transacciones. Cuesta alrededor de un 20% o más del importe real de la transacción para las transacciones inferiores a 10 dólares", explican.
Se han dado nombres curiosos a los próximos pasos de la actualización del protocolo: 'The Surge', 'The Verge', 'The Purge' y 'The Splurge'. La primera de ellas comenzará esencialmente a abordar la escalabilidad mediante la división de toda la red de Ethereum, mediante un proceso que ha recibido el nombre de 'sharding', en piezas más pequeñas (conocidas como shards). "Mejorará la velocidad de las transacciones, reducirá las comisiones y abrirá posibilidades de escalabilidad", explican los expertos de Julius Baer. "La fusión de Ethereum ha sido un paso esencial hacia la actualización de la fragmentación, pero es probable que las mejoras significativas no se vean hasta después de 2023", agregan.
"Las otras tres etapas llegarán en el futuro", pero sin fecha determinada por ahora.
'The Verge': traerá algo llamado 'verkle trees' para optimizar el almacenamiento de datos y reducir el tamaño de los nodos.
'The Purge': mecanismo que reducirá la congestión de la red deshaciéndose de los datos antiguos de la cadena de bloques.
'The Splurge': traerá una serie de actualizaciones más pequeñas para ayudar a que la cadena de bloques final funcione sin problemas mediante una versión holística de todas estas actualizaciones.
