2021 ha sido un año clave para para las criptomonedas en el que se han registrados varios hitos históricos: la entrada definitiva del mundo institucional y entidades tradicionales en este mercado; la aprobación por parte de la SEC del primer ETF de futuros de bitcoin; precios en máximos históricos de las monedas más importantes, entre otros. Tras un periodo de destrucción de las últimas barreras, 2022 debe ser un año de regulación, consolidación y mayor adopción. Y más allá del bitcoin y el ethereum los expertos de Bitpanda se fijan en tres proyectos que se mantendrán en vanguardia.
El bitcoin y el ether -la unidad de la red Ethereum-, son los criptoactivos más grandes por capitalización de mercado, han llegado a crecer un 100% y más de un 500%, respectivamente hasta sus máximos históricos, y muestran un potencial y dominio que no da muestras de ceder a corto o medio plazo. "Junto a ellas aparecen otros proyectos de menor capitalización, las llamadas 'altcoins', que han tenido un rendimiento destacado los últimos meses y que no parecen haber alcanzado aún su máximo potencial en este ciclo", explica Moisés Santos, experto en activos digitales de Bitpanda.
En este sentido, subraya que "son varios los proyectos que buscan su hueco para ser la referencia en la construcción de las finanzas descentralizadas". Ethereum va en cabeza, por su capitalización de mercado y por todos los miles de proyectos que ya se desarrollan sobre su red, pero otros ecosistemas como Solana han llamado la atención de los inversores y desarrolladores.
Cuando un proyecto se asoma con propósitos similares a Ethereum, e incluso le supera en potencial de escalabilidad, fees más bajos o mayor velocidad de transacciones, atrae las miradas tanto de inversores minoristas como institucionales. Solana ya se encuentra entre las 5 criptomonedas más importantes por su capitalización de mercado (más de 60 mil millones), lo cual es un indicador de confianza y robustez, por lo que será importante vigilar su evolución en 2022.
Un caso similar es el de Avalanche, vista por los expertos como una alternativa más que interesante. Su creador la describe como "la plataforma más innovadora y de más rápido desarrollo", al igual que Solana, propone una alternativa al ecosistema de Ethereum y llega a diciembre con una revalorización en 2021, de más del 3.000%. "Veremos cómo se desenvuelve en 2022 y si llega a consolidarse dentro de los 10 criptoactivos con mayor capitalización", comenta Santos.
Por su parte, Terra es un proyecto blockchain desarrollado por Terraform Labs, que busca el acceso fácil a la creación de criptomonedas estables, es decir, que no varían de precio (stablecoins) y cuyo precio está anclado al de divisas conocidas como el dólar. Su token nativo, LUNA también está entre los que más han crecido en 2021 (más de un 14.000%) y despide 2021 con máximos históricos. "Hay gran expectación sobre su comportamiento el año que viene", dice Santos.
Además, cabe destacar la demanda realizada por Do Kwon, fundador de Terraform Labs, a la SEC estadounidense, en la que arremete contra citaciones emitidas y entregadas por la propia SEC, según Do Kown, de forma incorrecta y vulnerando la confidencialidad de dicha investigación. La resolución de dicha demanda podría tener un efecto importate en el valor de la moneda.
El meteórico ascenso de LUNA también ha provocado que la red Terra supere a Binance Smart Chain (BSC) en términos de valor total bloqueado (TVL) para convertirse en el segundo mayor protocolo DeFi por detrás de Ethereum.
Actualmente, hay un total de 18.060 millones de dólares bloqueados en un total de 13 proyectos basados en Terra, en comparación con los 16.600 millones de dólares de TVL en nada menos que 225 protocolos BSC, según Defi Llama.