El bitcoin (BTC) se ha disparado esta semana hasta marcar nuevos máximos anuales en 35.000 dólares. Estas subidas se explican por el aumento del optimismo circundante a la aprobación de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) al contado y se han contagiado al mercado de las criptomonedas en su conjunto. Si bien numerosos analistas son muy positivos con el futuro de la industria, otros se muestran más cautos y creen que se está vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Asimismo, los expertos legales creen que se está pasando por alto uno de los mayores obstáculos que tiene por delante este espacio: la regulación.
En los últimos meses, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) endureció su postura sobre la industria de los activos digitales, demandando a algunas de las más importantes empresas del sector como Binance o Coinbase y sancionando a numerosas empresas por malas prácticas y lo que considera como violaciones de las leyes federales del mercado de valores. Con todo, el regulador también ha obtenido sendas derrotas en los tribunales ante Grayscale, cuya sentencia decidió no apelar, y una parcial ante Ripple Labs, un proceso en el que recientemente retiró los cargos contra sus principales directivos.
Sin embargo, diversos expertos legales creen que la SEC no ha dicho su última palabra. "No creo que haya habido ni una sola conversación seria entre Ripple, Brad Garlinghouse (CE0), Chris Larsen (presidente ejecutivo) y la SEC. La SEC está cabreada y avergonzada y quiere 770 millones en carne viva", señala John E. Deaton, abogado especializado en criptodivisas y fundador de CryptoLaw, quien cree que la SEC trata de dar ejemplo imponiendo una multa ejemplar a Ripple y que no habrá una sentencia hasta finales del próximo verano… como pronto.
Asimismo, este experto destaca que la resolución de la demanda presentada contra Coinbase será clave para determinar qué postura tomará la SEC en el futuro. El próximo 17 de enero, ambas partes deberán presentar argumentos orales ante el tribunal, que tomará una decisión entre 60 y 120 días después. Si la criptobolsa resulta vencedora, Deaton pronostica que la SEC deberá cambiar su agenda anticripto y llegar a un acuerdo con Ripple. Si el regulador sale victorioso, es muy posible que no haya acuerdo. "Hasta entonces creo que Ripple gastará decenas de millones de dólares en honorarios legales luchando para reducir en gran medida los 770 millones de dólares", apunta.
Por otro lado, Bill Morgan, abogado de la firma australiana Morgan Mac, ha destacado en un hilo publicado en X (antigua Twitter) que el conflicto en el plano regulatorio tiene todos los visos de escalar antes que de resolverse por las diversas cuestiones planteadas por el regulador durante todo el proceso.
"Creo que lo que digan y hagan los actores, los responsables y los informados sobre la evolución judicial y legislativa debería recibir toda la atención de los inversores, en lugar de esperar el lanzamiento inmediato de ETF o la próxima reducción a la mitad ('halving') de BTC y otras cosas", destaca Samer Hasn, analista de mercados de XS.com
Según este experto, "la falta de resolución de las disputas judiciales y de clarificación de las características del entorno legislativo que rodea al mercado de las criptomonedas obstaculizará el crecimiento sostenible y la adopción generalizada de esta tecnología".
Cabe recordar que Ripple se anotó una victoria parcial ante la SEC después de que los tribunales dictaminaran el pasado julio que la venta programática de XRP a través de 'exchanges' y algoritmos a inversores minoristas no constituía la venta de valores no registrados. Según la Justicia estadounidense, la SEC no podía decir con absoluta certeza que los inversores especulativos tenían "una expectativa razonable de ganancias que se derivarían de los esfuerzos empresariales o de gestión de otros". No obstante, la venta a inversores institucionales sí pudo incumplir las leyes de valores, según reconoció la jueza encargada del caso.
Tras la retirada de cargos contra sus directos, el director jurídico de Ripple, Stuart Alderoty, calificó la medida de "rendición por parte de la SEC" y la persecución a la compañía de "absurda escenificación teatral". Por su parte, Garlinghouse, criticó duramente al regulador al asegurar que "durante casi tres años, Chris y yo hemos sido objeto de acusaciones infundadas por parte de un regulador deshonesto con una agenda política".