El gélido recibimiento de los inversores en criptomonedas a la fusión de Ethereum, el cambio de modelo de consenso a prueba de participación (PoS) desde el anterior modelo prueba de trabajo, ha dado paso a una carnicería en el precio de su token, el ether, en la que han pesado varios factores. Uno de los más relevantes son las críticas al riesgo de centralización de la cadena de bloques, ya que los nodos de validación de las transacciones están en manos de unas pocas entidades, un factor que dificulta una actualización igual en el bitcoin, según los expertos de Julius Baer.
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Ethereum PoW sufre pérdidas de casi el 80% de su valor en cuatro díasEl desplome del 25% en el ETH en tan solo una semana se inició por un movimiento de 'vender la noticia' en primera instancia y por la aversión al riesgo que se ha instalado en los mercados antes de la subida de tipos de interés de Reserva Federal de EEUU. A lo anterior se suma que los participantes del mercado se han dado cuenta de que, tras la migración, los desarrollos de Ethereum para llegar a su versión 2.0 sólo están implementados a un 55% y se tardará años en concluir la hoja de ruta de mejoras diseñada por sus fundadores.
En medio de un clima cada vez más adverso, los opositores al modelo PoS se han hecho oír, alimentando aún más las reservas de los participantes en un mercado que se ha visto arrastrado por las ventas, con pérdidas para el bitcoin y el resto de tokens hasta niveles de precio cercanos a sus mínimos de este año.
Mucho ha cambiado en pocos días. La semana pasada, los partidarios de Ethereum celebraron la migración tecnológica de su proyecto desde el anterior modelo de prueba de trabajo (PoW) con éxito, ya que cuenta con la ventaja clave de utilizar hasta un 99% menos de energía en un mundo cada vez más concienciado con el medio ambiente. Numerosos analistas han loado este sistema, ya que abre las puertas a la entrada de inversores institucionales preocupados con los criterios de responsabilidad social y medioambiental.
Sin embargo, los argumentos iniciales para acoger 'La Fusión' se han ido desvaneciendo y "cada vez se mira con peores ojos el cambio de Ethereum a un mecanismo de consenso menos deseable y más propenso a la centralización y la censura, la antítesis de blockchain", manifiestan los analistas de Julius Baer. Dicen estos analistas que el hecho de que el Foro Económico Mundial (FEM) alabe la transición en su página web podría tener menos que ver con el medio ambiente que con la posibilidad de concentrar el poder y el control dentro del protocolo Ethereum, un extremo que no se menciona por parte de la entidad transnacional.
Un sistema PoS verifica las transacciones seleccionando a los validadores en proporción a sus participaciones. Es decir, los validadores deben bloquear un capital en forma de ethers que actúa esencialmente como garantía ( un proceso que se denomina 'staking'). El protocolo de Ethereum depende ahora de un pequeño grupo de 'constructores' para agrupar las transacciones en bloques y estos constructores pueden acabar teniendo una autoridad significativa. Los validadores obtienen los bloques de los constructores y los añaden a la cadena de bloques utilizando sus participaciones en ethers.
Según una investigación de Nansen, Coinbase, Lido, Kraken, Binance y Staked representan más del 60% de todo el ether bloqueado en la red. "A medida que más usuarios optan por la facilidad del staking como un servicio en lugar de la gestión de sus propios nodos, esta tendencia centralizadora es probable que empeore, no que mejore", alertan desde Julius Baer.
Afirman asimismo que "no es difícil comprender por qué esta nueva versión de Ethereum está más centralizada y es más vulnerable a la censura que la anterior". "De acuerdo con la dinámica actual del 'staking', si cuatro empresas reguladas recibieran un toque de atención del Gobierno pidiéndoles que censuren las transacciones, tendrían que cumplir o enfrentarse a las repercusiones", explican.
Por contra, en el bitcoin, con su protocolo PoW, donde todos los mineros tienen los mismos derechos si tienen el mismo tipo de máquina minera, "nadie puede ejercer dominio sobre los demás en contra de su voluntad, y los usuarios pueden confiar en que las reglas no cambiarán dada su naturaleza descentralizada", explican los expertos de la entidad suiza. Por ello, "a pesar de su importante huella energética, es probable que el bitcoin mantenga su lugar de peso entre los activos digitales y es poco probable que transite hacia un mecanismo de consenso PoS", sentencian.