¿Pensando en invertir en criptomonedas? Si no sabes cómo funcionan, piénsalo dos veces

Por poner un ejemplo, la capitalización de mercado del bitcoin ha superado por segunda vez la marca del billón de dólares. Por esta razón, muchos inversores experimentados han puesto las criptomonedas en su punto de mira. Pero no son los únicos, ya que también inversores sin experiencia, los conocidos como 'noveles', han decidido comenzar su andadura en este mundo invirtiendo en los activos digitales.

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Según datos de DeFi Pulse, el capital bloqueado en el mercado de protocolos descentralizados de las criptomonedas es de 35 billones de dólares, pero los expertos sugieren que aumentará hasta 1 trillón de dólares.

La volatilidad de invertir en criptodivisas ha hecho que organismos como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España (BdE) o la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hayan emitido diversos comunicados alertando a la ciudadanía de los peligros que entrañan este tipo de activos.

Alejandro San Nicolás Medina, profesor de la Universidad Internacional de Valencia y experto en Blockchain y DeFi, sostiene que "el riesgo está en invertir desde el desconocimiento. Las criptomonedas tienen siempre un fundamento detrás y una sostenibilidad que deben estar explicadas en su información básica, los llamados 'whitepapers'. Si se invierte sin estudiar los fundamentos, lo normal será que se esté poniendo un capital en riesgo alto y sin control. Ahora bien, si se estudian bien los fundamentos, las inversiones se suelen materializar en rendimientos positivos".

Pero ¿cuál es la diferencia entre estas 'monedas digitales' y las divisas tradicionales? El profesor indica que la diferencia principal "radica en el concepto de descentralización. Mientras que las monedas que usamos cotidianamente, como pueden ser los euros o los dólares, son emitidos por los bancos centrales, las criptomonedas son puestas en circulación por los protocolos que las soportan. Los más conocidos por todos son la red de Bitcoin y su moneda bitcoin, así como la red de Ethereum cuya criptomoneda es el Ether".

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San Nicolás explica que el valor que pueda alcanzar una criptomoneda se suele vincular a un crecimiento del ecosistema y de la comunidad de uso. Esto hace que la futura demanda de la 'cripto' pueda ser elevada y los inversores compren cantidades importantes en el inicio esperando abundantes beneficios. Sin embargo, si el protocolo o la comunidad resulta ser un fiasco, la caída puede ir a 0. Por esta razón, es importante estudiar qué y quién está detrás de cada proyecto y cómo piensan hacer crecer la comunidad.

Sin embargo, el profesor también recuerda que no todas las criptodivisas se caracterizan por su volatilidad, sino que "existen diferentes criptomonedas cuyo respaldo es dinero real, por lo que su fluctuación es baja. Otras como el bitcoin pueden tener oscilaciones, pero en el medio plazo su solidez es muy notable debido a sus fundamentos económicos. Las monedas que tienen una alta volatilidad son las que están vinculadas a protocolos".

UN MARCO REGULATORIO POR DEFINIR

Un ejemplo de los avances en regulación en este ámbito puede ser el sandbox financiero español. San Nicolás señala que "en la actualidad, las criptomonedas se asimilan a los rendimientos patrimoniales. Esto significa que si generan beneficio deben tributar por ello. No obstante, la casuística es tan especial que se está intentando regular de forma más adecuada".

Las criptodivisas parece que han llegado para quedarse, y algunos expertos vaticinan ya que podrían llegar incluso a desbancar al oro. Sin ir más lejos, la capitalización del bitcoin es ya el 10% de la que se calcula al metal precioso.