verde subida bitcoin

Cada vez que se produce un desplome notable en el mercado de las criptomonedas, los pesimistas corren a proclamar que ha estallado la burbuja y el temido criptoinvierno llama a las puertas. Esta ocasión no ha sido diferente y numerosos analistas aseguran que la sangría de las últimas jornadas, que se ha frenado ligeramente por debajo de 33.000 dólares, mínimos de seis meses del 24 de enero, es una buena prueba de que llegan las vacas flacas a los criptoactivos. Sin embargo, la barrera de los 30.000 dólares se mantiene intacta y, con ella, la tendencia alcista de largo plazo.

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Lo cierto es que una corrección del 50% como la actual no es nada sorprendente para un mercado más que acostumbrado a subidas y bajadas de esta magnitud. El valor del bitcoin ha perdido más de 600.000 millones de dólares desde su máximo de noviembre y más de 1 billón de dólares han sido drenados de las criptodivisas en total, ya que los principales tokens, como el ether, el cardano y la solana, han seguido a la moneda digital número uno en su espiral bajista. La unidad de la red Ethereum ha reducido su capitalización en más de la mitad desde que alcanzó su máximo en noviembre, mientras que la solana ha sufrido un descenso aún más pronunciado, con una caída del 65%, y el cardano, del 68%.

Podríamos decir que estamos en un mercado bajista de corto plazo dentro de un prolongado mercado alcista que dura más de un año. “Ya lo hemos visto antes, los movimientos bruscos funcionan en ambos sentidos y, aunque las 'criptos' han madurado a lo largo de los años, siguen siendo una clase de activos altamente especulativa y de alto riesgo”, indica Craig Erlam, analista de Oanda.

Por lo tanto, de ahí a que se desate el criptoinvierno hay un trecho. La última vez que se vivieron estas condiciones de mercado entre 2018 y 2019, la corrección total fue del 80%. Si las ventas actuales emularan a las de entonces, el bitcoin perdería los 20.000 dólares hasta precios cercanos a los 15.000 dólares, un extremo que parece imposible dado el dinero institucional invertido en el activo digital. En cambio, eso sí, los expertos reconocen que se puede entrar en un período de enfriamiento donde los máximos históricos y los ansiados 100.000 dólares, con los que soñaban los alcistas en 2021, queden en el recuerdo.

Numerosas razones se han conjugado para que se haya desatado la reciente oleada de ventas. “Si echamos la vista atrás a los últimos meses, está claro que el mercado de las ‘criptos’ está positivamente correlacionado con los de renta variable”, explica Naeem Aslam, jefe de análisis de AvaTrade. La caída del sentimiento debido a diversos riesgos, como el endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales, en especial la Reserva Federal de EEUU (Fed), y las tensiones geopolíticas mundiales, “ha persuadido a los inversores de retirar capital del volátil sector digital”, asegura.

A lo anterior hay que añadir otras cuestiones como que es temporada de impuestos en EEUU, destacan desde ‘Bloomberg’, u otros problemas propios de la industria de las criptomonedas, como el aluvión de regulaciones que se preparan en países como EEUU, Rusia o Singapur. De sobras era sabido que 2022 iba a ser el gran año de las normas y la legislación en este mercado, un elemento que, en realidad, es muy bienvenido por los inversores, pero que, de entrada, provoca una espantada de minoristas ante el temor de nuevas normas muy restrictivas.

En general, los veteranos de las inversiones en activos digitales califican este tipo de salidas masivas de fondos con el término "FUD", siglas en inglés de "miedo, incertidumbre y duda". Defienden que “este mercado se apoya en sólidos fundamentos y, por tanto, los inversores deberían aprovechar esta oportunidad para embolsarse criptomonedas a precio de ganga”, subraya Aslam.

Pero nadie se acaba de atrever a firmar el acta de defunción de la corrección, ya que la sensación de incertidumbre y de montaña rusa en los mercados tiene pocos visos de aflojar en lo que queda de semana. “Mucho podría depender de la comunicación de la Fed de este miércoles y de si logran el equilibrio adecuado entre tomar en serio la inflación y no subir los tipos de forma demasiado agresiva”, comenta Erlam. “Es una situación en la cuerda floja, pero si el banco central consigue encontrar el equilibrio adecuado, es posible que más de uno se sienta tentado por estos niveles”. De lo contrario, la volatilidad persistirá.

De vuelta al bitcoin, afronta una prueba de fuego. “El golpe psicológico de perder 40.000 dólares no será nada comparado con lo que puede ocurrir si caen los 30.000 dólares”. “Se trata de un importante nivel de soporte técnico que se mantuvo a lo largo de 2021, a pesar de numerosas pruebas a principios de año y luego durante todo el verano. Si cede, el panorama se puede complicar mucho”, prosigue, y, entonces sí, dar la bienvenida al criptoinvierno.

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