El borrador del proyecto de ley que debe dar lugar al marco legal de la Unión Europea (UE) para el mercado de los activos criptográficos ha logrado superar, no sin sobresaltos, las consideraciones del Parlamento Europeo y entra en una nueva fase a partir de este jueves. El trámite finiquitado la semana pasada se ha saldado con un triunfo para mineros e inversores del bitcoin, que ha derivado en una subida de los precios de la moneda digital más operada del mundo y de otros tokens criptográficos. Pero los expertos avisan de que la incertidumbre alrededor de la ley de mercados de criptoactivos (MiCA por sus siglas en inglés) no ha terminado.
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El Parlamento Europeo vota 'no' a la prohibición de la minería del bitcoin e impulsa a las 'criptos'La fecha que se baraja para que esta directiva europea entre en vigor y sea transpuesta por los Estados Miembros es 2024. Y aunque las actuales condiciones de mercado y los usos que se han visto para las monedas criptográficas en el contexto de la guerra de Ucrania invitan a pensar en que hay "más urgencia en las instituciones europeas, por lo tanto se acelerará el trámite", señala Ángel Barbero, profesor de EAE Business School, el largo debate va a tensionar los precios de las monedas digitales tanto por el contenido como por los actores que en él participen.
El calendario comunitario fija el 31 de marzo como punto de partida de las reuniones tripartitas entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo para seguir revisando la actual versión del proyecto de ley que consta de 126 artículos así como un plan detallado de su implementación por parte de las instituciones de la UE y los países. En esta fase, las instituciones comunitarias actuarán en defensa de los ciudadanos de los Veintisiete, uno de los aspectos por los que velará MiCA. No obstante, Barbero llama a seguir de cerca cómo se desarrollan los contactos con la industria o los poderes empresariales que quieran participar en ella. "La comunicación entre todas las partes será clave en la elaboración de un marco legal que proteja al usuario y que no frene la innovación", señala el experto.
No descarta el profesor de EAE Business School que en este proceso se tanteen medidas tan impopulares como lo fue el intento de veto del modelo de prueba de trabajo (PoW por sus siglas en inglés) en que se basa el proceso de minado del bitcoin y que sustenta su cadena de bloques. Finalmente, los eurodiputados más preocupados por el impacto medioambiental y el enorme consumo de energía de los procesos computacionales que sustentan esta 'blockchain' no lograron imponer su criterio y la votación de mediados de marzo se saldó a favor de los mineros europeos que veían peligrar su actividad. Más tarde, el Europarlamento ha visto vencer el plazo para poder frenar el desarrollo de la norma en su estado actual.
Pero dada la complejidad a la que se enfrentan los legisladores de la UE a la hora de ordenar un sector con un crecimiento tan abrumador como el criptoespacio, donde la innovación va a velocidad de la luz y la regulación no es capaz de atrapar los cambios vertiginosos, Barbero opina que habrá mucho de "prueba y error". Cree que se seguirán valorando iniciativas que seguramente no se incluirán en el redactado final, lo que puede ser potencialmente desestabilizador para los inversores. Asimismo, indica que hay elementos de pecado original en el enfoque de MiCA que se deberán superar en los próximos meses porque "se intenta aplicar a estos activos conceptos comunes a otros mercados financieros, pero que sin embargo no funcionan en un sector completamente nuevo".
Entretanto, augura que los problemas actuales de la criptoindustria en cuanto a hackeos y especulación salvaje persistirán hasta que se cubran los agujeros legales que permiten que estas manzanas podridas campen a sus anchas. "Se debe coger todo lo bueno de la tecnología y regular los malos usos", reclama.
En definitiva, resume, el reto es alumbrar "una legislación flexible, que evolucione y se adapte a los nuevos casos de uso que surjan en la industria". Y se muestra optimista, ya que el sector bancario tradicional ha comprendido que la floreciente industria de los criptoactivos "se va a tener que acabar acomodando en el ecosistema financiero".