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“En nuestro ADN, somos una empresa que crea tecnología para conectar a las personas. El metaverso es la próxima frontera, como lo eran las redes sociales cuando empezamos”. Así habló Mark Zuckerberg, CEO y fundador de Meta, cuando en octubre de 2021 anunció que la antigua Facebook cambiaba de nombre. Las palabras de Zuckerberg ponían de manifiesto las ambiciones de la compañía más allá de las redes sociales y dejaba claro que el principal objetivo de la compañía no era otro sino la conquista del incipiente metaverso. Más de tres años después, la apuesta de Meta, lejos de dar sus frutos, se ha convertido en un agujero negro en sus cuentas.
Desde inicios de 2019 hasta los últimos resultados trimestrales de 2022, la compañía de Menlo Park ha invertido más de 35.000 millones de dólares en su división de metaverso y realidad virtual, Reality Labs. Asimismo, en el mismo período, los ingresos procedentes de este negocio apenas superan los 6.000 millones de dólares.
Según datos de Statista y los informes financieros de Meta, la compañía ha ido ampliando pérdidas conforme han ido pasando los trimestres. En 2019, las pérdidas de Reality Labs ascendieron a 4.500 millones de dólares, que aumentaron hasta los 6.600 en 2020. En los dos siguientes ejercicios, las pérdidas se dispararon y alcanzaron los 10.200 millones de dólares en 2021 y un récord de 13.700 millones de dólares en 2022. Y Meta no tiene pensado cambiar de rumbo.
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Meta y Zuckerberg redoblarán su inversión en el metaverso a pesar de las pérdidas“Ninguna de las señales que he visto hasta ahora sugieren que debamos cambiar la estrategia de Reality Labs a largo plazo”, aseguró Zuckerberg durante la presentación de los resultados del tercer trimestre fiscal de la firma californiana. Por su parte, la nueva directora financiera de Meta, Susan Li, recalcó que las pérdidas de Reality Labs posiblemente aumentarán en 2023, al tiempo que indicó que la compañía seguirá invirtiendo “significativamente” en esta área “dadas las importantes oportunidades a largo plazo que vemos”.
Cabe señalar que buena parte del gasto en Reality Labs ha sido en salarios, según han señalado distintos directivos de Meta y las propias cuentas de la compañía. La empresa afirmó que en abril de 2022 había más de 10.000 personas trabajando en proyectos relacionados con el metaverso. El pasado noviembre, Meta anunció una importante ronda de despidos que afectaría al 13% de su plantilla, unos 11.000 empleados, y este mismo lunes se ha conocido que planea despedir a más trabajadores.
“Creo que la gente mirará atrás, dentro de unas décadas, y hablará de la importancia del trabajo realizado aquí”, sentenció Zuckerberg. Con todo, el consejero delegado de Meta pareció dar su brazo a torcer de forma parcial al señalar que Meta se centraría en la “eficiencia”. Esta declaración responde a las críticas vertidas por numerosos accionistas, que ven en el metaverso una línea de negocio poco viable en la actualidad.
Sea como fuere, la apuesta de Zuckerberg es decidida y no solo lo muestran los números, sino también sus palabras. El pasado mayo, durante la junta anual de accionistas, el fundador de Meta destacó que Reality Labs “contribuiría mucho a los beneficios de esta empresa” en la década de 2030.
“Todavía queda un largo camino por recorrer para construir la próxima plataforma informática, pero está claro que estamos haciendo un trabajo puntero. Se trata de una tarea ingente y, a menudo, harán falta varias versiones de cada producto antes de que se generalice. Pero creo que nuestro trabajo va a tener una importancia histórica y va a sentar las bases de una forma totalmente nueva de interactuar entre nosotros y de integrar la tecnología en nuestras vidas, así como los cimientos a largo plazo de nuestro negocio”, explicó entonces.
Diversos analistas prevén que el metaverso terminará rindiendo como inversión, aunque tarde años en hacerlo. Según un estudio de Research and Markets publicado el pasado enero, se estima que el mercado mundial del metaverso alcance unos ingresos de 700.000 millones de dólares en 2030.
Paralelamente, Microsoft ha despedido recientemente a toda su división de metaverso industrial, aunque la compañía de Redmond continúa interesada en esta tecnología.