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Estamos de lleno en el último mes de un primer semestre de 2022 en que las turbulencias y los cisnes negros han sido casi el nuevo normal para todos los mercados financieros. El de las criptomonedas no ha quedado nada ajeno al caos generalizado entre la guerra en Ucrania, el endurecimiento de los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de EEUU (Fed), pero también el Banco Central Europeo (BCE), y los coletazos de la pandemia que se han notado sobre todo en Asia, por no hablar de la inflación y otros acontecimientos.
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El bitcoin da pistas de que "se ha acabado la noche más oscura del 'criptoinvierno'"A inicio de año habíamos explorado con Ramiro Martínez-Pardo, CEO y cofundador de HeyTrade, el riesgo de que la inflación sorprendiese negativamente al alza, "como así está siendo", afirma el experto. "Todo ello (por supuesto unido a la invasión de Ucrania) ha hecho que los mercados hayan tenido uno de los peores comienzos de año de su historia. Sin embargo, parecen seguir asumiendo que el escenario más probable es un aterrizaje suave y que los bancos centrales serán capaces de reducir la inflación sin llevar las economías a una recesión profunda. Sigue habiendo, por tanto, riesgos a la baja significativos", reflexiona.
Desde inicios de año y hasta el 1 de junio, el Eurostoxx ha perdido un 12%. En Wall Street, el Nasdaq se ha dejado más de un 24%. En cuanto al mercado de las criptomonedas, se ha evaporado 1 billón de capitalización de mercado en este período, mientras el bitcoin ha caído un 35%.
Martínez-Pardo subraya que "además del entorno macro y el comportamiento de los mercados en general, las 'criptos' han tenido sus propias noticias no muy positivas". Esta es una de las razones prinicipales de que el bitcoin se haya apuntado a última hora y sin demasiada convicción al rally de las bolsas de las últimas semanas, una carrera alcista en un mercado bajista, según avisan los analistas. La razón, a juicio del CEO de HeyTrade, que vemos también en el sector tecnológico, "es que los inversores están intentando ser más selectivos en los activos por los que apuestan (en contraposición a una época en la que parecía que todo subía), y las 'criptos' en concreto está siendo observadas con más suspicacias que durante el 'bull market' de los últimos años".
Sin duda, el hundimiento de Terra ha sido el catalizador de este nuevo contexto y ha generado reticencias entre los inversores. La debacle de la cadena de bloques que desembocó en la desaparición de la moneda estable UST, el dólar de terra, y del token LUNA, ahora rebautizado como LUNA classic, asestó un duro golpe a la confianza de los inversores y desencadenó una huída de fondos del sector. Antes de este acontecimiento, los expertos destacaban que las criptomonedas aguantaban relativamente bien las ventas en otros mercados porque los fundamentos del ecosistema eran sólidos. La hecatombe de la cadena de bloques de Do Kwnon les quitó la razón.
Sobre si los inversores que salieron mal parados de este episodio volverán a entrar o no en las criptomonedas, Ramírez-Pardo señala que "los mercados en general tienen una memoria más corta de lo que parece… prueba de ello es el lanzamiento de la nueva moneda LUNA y que algunos inversores hayan querido invertir en ello. Así que no descartaría que los inversores regresen (como parece que algunos están haciendo con la nueva LUNA)".
NFT Y EHTEREUM
En cuanto a otros sectores del mercado, aborda el experto los tokens no fungibles (NFT). "Ha habido casos muy sonados de robos y problemas similares. Sin duda siguen teniendo muchos problemas y probablemente tengamos que esperar cierto tiempo a que surjan nuevas soluciones y evolucione el mercado NFT para de verdad dar otro paso adelante. Si tuviese que apostar dónde seguiremos viendo su evolución sería en la industria del videojuego", elabora.
Por último, de cara a los próximos meses, uno de los acontecimientos más esperados es el cambio del mecanismo de consenso de Ethereum, de prueba de trabajo a prueba de participación, que está generando gran expectativa, como bien refleja Martínez-Pardo. "Se trata de un cambio importante, pero es algo conocido desde hace tiempo que debería estar ya reflejado en el precio. Resulta por tanto imposible saber o anticipar cómo puede impactar en el precio", redondea.