El mercado de los activos digitales no logra desembarazarse del sentimiento bajista que ha estado dominando la operativa del bitcoin y las ‘altcoins’ desde las caídas del 20% del pasado fin de semana. La reina de las ‘criptos’ sigue encajada en un rango entre 46.000 dólares como soporte y 53.000 como resistencia, con los 50.000 dólares como línea de flotación, pero la presión a la baja mantiene al criptoactivo en rojo.
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En el resto del mercado, las caídas vuelven a ser la tónica dominante para la mayoría de tokens digitales, con especial atención sobre el ethereum, que este jueves volvió a caer hasta casi los 4.000 dólares, coincidiendo con la actualización ‘Arrow Glacier’ de su blockchain, que en teoría no debía tener incidencia entre los inversores. La solana, el dogecoin o el shiba inu son las criptomonedas que más sufren en la última semana con caídas de entre el 15% y el 20% y la capitalización total se asienta en 2,26 billones de dólares.
“El bitcoin ha vuelto a situarse por debajo de los 50.000 dólares y está luchando por superar esta cifra a medida que se enfría el apetito por el riesgo”, indica Craig Erlam, analista de Oanda, algo que “no augura nada bueno para la criptomoneda a corto plazo y, como hemos visto a menudo en el pasado, las correcciones pueden ser profundas y dolorosas”. Pero, “como vimos a principios de este año, tiene la capacidad de recuperarse rápidamente y alcanzar nuevos máximos una vez más. Los partidarios de las criptomonedas no se desanimarán por las últimas caídas más de lo que lo hicieron en mayo”, agrega el experto.
El renovado mercado bajista se disparó el jueves, cuando las acciones estadounidenses cayeron y el índice del dólar (DXY), que sigue el valor del billete verde frente a las principales monedas fiduciarias, subió un 0,28%. Un dólar estadounidense fortalecido ejerce presión a la baja sobre los precios del bitcoin. Además, tal como informa CoinDesk, los volúmenes de negociación del bitcoin en las principales bolsas de criptoactivos han seguido cayendo.
"El bitcoin mantiene su impulso alcista a largo plazo, pero todo en el corto plazo parece bajista", indica Edward Moya, analista de mercado de Oanda. "El bitcoin tendrá que superar las crecientes expectativas de un dólar más fuerte, una temporada extendida de ‘altcoins’ y la tendencia bajista a corto plazo para los activos de riesgo, ya que Ómicron descarrila el impulso de la reapertura tras la pandemia”.
Esta situación provoca que se desvanezcan a toda velocidad las predicciones de un nuevo rally que lleve a la reina de las criptomonedas a conquistar nuevos máximos antes de que acabe el año o a inicios del próximo. La actividad de compra del bitcoin sigue siendo débil a pesar de varias señales de sobreventa en los gráficos. Eso reduce la posibilidad de un aumento significativo del precio de cara a enero, especialmente dada la pérdida de impulso alcista en los gráficos semanales y mensuales.
Las llamadas a la cautela se multiplican a toda velocidad. Sin ir más lejos, una encuesta de Natixis entre 500 inversores institucionales de varios países -entre los cuales, cuatro bancos centrales, más de 20 fondos soberanos y más de 150 planes de pensiones corporativos-, indica que tras el auge de esta clase de inversiones tras el último año, son el "principal candidato" para una "corrección importante" en 2022.