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Pasados los nervios del primer día y superada la gran expectación que ha suscitado el estreno del primer fondo cotizado del bitcoin basado en futuros de Wall Street, un análisis de los datos muestra qué tipo de inversores se han colocado a la vanguardia de las compras. El fondo ha visto unos volúmenes de negociación de unos 1.000 millones de dólares en su debut, según ProShares. Esto significa que es el segundo nuevo ETF más negociado de la historia, dijo la empresa, citando a 'Bloomberg'.

Esto ha elevado la captación de fondos a unos 570 millones de dólares de activos en 24 horas, una señal de lo hambrientos que siguen estando los inversores por apostar por la criptodivisa a medida que los precios se acercan a un récord. Pero lejos de que estas compras se hayan llevado a cabo por operadores institucionales, como se había anticipado por el mercado, "la mayor parte del volumen, muy saludable, en su primer día provino de los operadores de primera línea legalizados, es decir, los operadores de alta frecuencia (HFT), y de los minoristas", explica Jeffrey Halley, analista de Oanda.

Por contrapartida, el volumen institucional fue escaso. Aunque un ETF regulado basado en futuros encaja perfectamente en los mandatos de muchos en el espacio institucional, "sospecho que pueden esperar un tiempo antes de saltar a la piscina", agrega Halley.

Explica este experto el comportamiento de los grandes inversores porque "probablemente quieran ver cómo es la liquidez cuando el bitcoin retroceda agresivamente, como lo hará en algún momento en el futuro". En segundo lugar, como 'Reuters' observó acertadamente, los mercados de futuros del bitcoin operan en una curva de contango. Es decir, los contratos de más larga duración son más caros que los del mes anterior. Eso significa que se pierde dinero pasando los contratos que expiran al nuevo mes de entrada. Probablemente "quieran ver más ordenación con una liquidez decente de dos vías y un contango más superficial", presume Halley.

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