El recelo de los bancos y entidades de crédito privadas ante los trabajos del Banco Central Europeo (BCE) sobre un euro digital, cuyo programa piloto entrará en vigor en algún momento del próximo año, no está justificado, según los expertos de Scope Ratings. Las ventajas de una moneda digital de banco central (CBDC por sus siglas en inglés) superan con creces a cualquier posible inconveniente y los temores de los bancos acerca del impacto en la estabilidad financiera de esta versión de la moneda comunitaria son fácilmente refutables.
No son pocos los actores de la banca que han elevado sus preocupaciones a público. Desde miedos sobre la pérdida de la privacidad que ofrecen estas compañías frente al control gubernamental que implica transaccionar a través del BCE, pasando por problemas de liquidez o fugas de depósitos, el sector ve con más miedo que curiosidad la revolución de las monedas fiduciarias digitales que se convierte en una realidad poco a poco.
Los bancos centrales de los países con sistemas bancarios desarrollados han declarado inequívocamente que sus iniciativas de CBDC se llevarán a cabo en estrecha colaboración con sus bancos. Según las últimas estadísticas, 10 países ya han puesto en marcha CBDC nacionales: Nigeria, Jamaica, Bahamas y siete Estados del Caribe Oriental. Quince países tienen una CBDC en fase piloto de pre-lanzamiento, entre los que destacan China, Rusia y, sólo en la UE, Suecia. La eurozona se encuentra en la siguiente fase de desarrollo de las CBDC, junto con Suiza, Japón, Canadá, India, Australia, Brasil y otros países. Los Estados Unidos, Reino Unido, Noruega y otros países están un paso por detrás todavía, en la fase de investigación previa al desarrollo. Por último, unos pocos países, entre ellos Dinamarca, todavía no están llevando a cabo activamente iniciativas de CBDC.
En el caso del BCE, es dudoso que un euro digital tenga alguna utilidad si no está en estrecha relación con las actividades bancarias. "Este debería ser un punto de partida esencial a la hora de evaluar el impacto de las CBDC en los bancos", indica Sam Theodore, experto de Scope Ratings.
El supervisor monetario europeo está considerando, en primer lugar, imponer límites a las tenencias de moneda común digital por parte de particulares y empresas. Y, en segundo lugar, desincentivar el uso de las tenencias de euro digital como inversión aplicando una remuneración por encima de un determinado umbral, con tenencias mayores sujetas a tasas más punitivas.
Dicen el experto de la agencia de calificación crediticia que "la forma más pragmática de contemplar el euro digital es simplemente como un sustituto del efectivo; ni más ni menos". "Dentro de una generación como máximo, los billetes y monedas apenas se utilizarán. La pandemia ha sido un poderoso catalizador en este sentido, y no sólo para los millennials y la generación Z", afirma.
Mediante la sustitución gradual del efectivo por CBDC, el BCE y otros bancos centrales evitarán el acaparamiento de efectivo: la mayoría de los billetes de 100 euros se conservan en lugar de transferirse a través de los bancos, por ejemplo. Esto contribuirá aún más a la inclusión financiera. "A medida que se generalice el uso de la moneda digital comunitaria, el efectivo será tan infrecuente y obsoleto como los cheques de papel en la actualidad", agrega Theodore.
VENTAJAS PARA LOS BANCOS
En cambio, asegura el analista de Scope Ratings que la implementación de un euro digital tendrá numerosas ventajas para los bancos. Principalmente, "evitar las incertidumbres provocadas por el uso generalizado de 'stablecoins' y otras criptodivisas en los pagos y las transferencias financieras". "Los bancos pueden plantear su preocupación por el posible impacto de las CBDC en la financiación, pero deben reconocer que dicha preocupación aumentaría sustancialmente si, en ausencia de las CBDC, las criptomonedas privadas desempeñaran ese papel", argumenta.
Asegura Theodore que la alternativa a las CBDC no es mantener el dinero digital al margen. "Por muy poco atractivo que sea para los bancos, la alternativa es asistir al creciente papel de las 'stablecoins' y sus criptoequivalentes privados en los pagos habituales", expresa. China tomó la decisión de prohibir las criptomonedas privadas y promover un yuan digital. En EE.UU., el debate sobre qué es mejor, si las CBDC o las 'stablecoins' privadas, está en marcha, aunque las últimas caídas de criptodivisas y los desplomes de precios sugieren que el dólar digital puede tener futuro.
Por otra parte, afirma que "es poco probable que el euro digital, con limitaciones en las participaciones y rendimientos, sustituya siquiera parcialmente a los depósitos bancarios". En cambio, "podría eliminar parte de la carga de los bancos que tienen muchos pequeños depositantes mediante una alternativa segura y eficaz que podría aliviar las bases de costes de esos bancos".
Por último, la preocupación de que, en caso de crisis, los depósitos bancarios puedan verse mermados por la migración a las CBDC "debe tomarse con pinzas", elabora Theodore. Un informe reciente de la Oficina de Investigación Financiera de EEUU sugiere que el acceso a las CBDC disminuye la cantidad de operaciones de cambio de vencimiento realizadas por los bancos y, por tanto, intuitivamente, haría que una crisis de liquidez fuera menos costosa para los depositantes.