El término "política monetaria" significa "la acción que un banco central o un gobierno puede llevar a cabo para influir en la cantidad de dinero que hay en la economía de un país y en el coste de los préstamos". Y tiene traslación al mundo de las criptodivisas, según los expertos de Wisdom Tree.
Extrapolando este concepto a las redes de activos digitales, como Bitcoin o Ethereum, se puede pensar en la “política monetaria de los activos digitales como el medio por el que se determina la cantidad de monedas (criptodivisas) o tokens a lo largo del tiempo en/por/para la red”, explican. Esta determinación está escrita en el código de software, pero puede ser designada por una empresa o un grupo de usuarios de la red o alguna otra parte. Esta variación ayuda a diferenciar las redes de activos digitales entre sí -ayuda a enmarcar las propuestas de valor- y, en última instancia, proporciona una base para informar las asignaciones de inversión.
Explican estos analistas que cada una de las redes o blockchains tiene su propia política monetaria. Por ejemplo, la del bitcoin no cambia. Hay un límite en la oferta total de bitcoins: sólo se crearán 21 millones y para cambiar este límite sería necesario el acuerdo de la mayoría de los más de 10.000 nodos de bitcoin que ejecutan el software de código abierto. En el pasado ha habido desacuerdos sobre el número de bitcoins que deben crearse, lo que ha provocado variantes de bitcoin con "bifurcación dura" (por ejemplo, el bitcoin cash). La cantidad de nuevos bitcoins creados disminuye con el tiempo. Cada cuatro años, la cantidad de bitcoins se reduce en un 50% ("el evento llamado halving"). El último bitcoin se acuñará aproximadamente en 2140.
“En este sentido, el bitcoin es inflacionario (es decir, cada día se crea más bitcoin hasta 2140), pero la cantidad creada disminuye con el tiempo (deflacionario). Esto lleva a algunos a comparar el bitcoin con el ‘oro digital’, lo que tiene cierto sentido hasta que uno considera que la cantidad de oro nuevo extraído aumenta/disminuye en respuesta al precio del oro en cualquier momento. Esto no ocurre con el bitcoin: el número de bitcoins creados aumenta con un calendario de emisión fijo”, argumentan desde Wisdom Tree.
En el caso de Ethereum, la política monetaria puede cambiar y ha cambiado en el pasado. Cada año se crean 18 millones de nuevos ether. No hay un límite en la oferta total de ether que se puede crear. Esto lleva a algunos a calificar su política monetaria de inflacionaria. Los recientes cambios en el código fuente de Ethereum fueron adoptados por un número suficiente de nodos para dar lugar a un cambio en la política monetaria. Esto se denominó la "bifurcación dura de Londres", provocada por la aplicación de la propuesta de mejora 1559 de Ethereum. Ahora y en el futuro, cada vez que alguien utiliza la red Ethereum, una parte de la cuota pagada a los mineros se "quema" (es decir, se retira de la oferta y se destruye). “Esto ha llevado a una situación en la que algunos días hay más éter quemado que éter nuevo creado, lo que podría denominarse ‘deflacionario’”, aclaran desde la gestora.
Además de las dos principales, hay una multitud de redes de activos digitales diferentes, cada una con sus propias políticas monetarias calibradas según sus necesidades funcionales. Tether (USDT), por ejemplo, es un token que corresponde a 1 USD. El emisor de este token afirma que el USDT está respaldado por reservas bancarias y préstamos que igualan o superan el valor de las monedas en circulación. Estos tokens representativos se distribuyen a través de muchas redes de activos digitales diferentes (por ejemplo, Ethereum, Tron, Algorand, etc). En cambio, el token BNB, emitido por la bolsa de activos digitales Binance, puede crearse o quemarse a voluntad de la empresa Binance. De hecho, cada trimestre se quema una determinada cantidad de tokens BNB.
RELACIÓN ENTRE POLÍTICA MONETARIA E INVERSIÓN
Dicho esto, “la política monetaria de las diferentes redes de activos digitales puede tener un impacto en el precio de mercado esperado de las monedas o tokens en cuestión”, afirman desde Wisdom Tree. En términos de oferta y demanda, “en una situación en la que se crean cada vez menos monedas o fichas (deflación), junto con un aumento de la demanda de dichas monedas o fichas, cabría esperar que el precio subiera”. “En el caso de una moneda/ficha cuya oferta no está limitada (inflacionista), la demanda debe ser suficiente para absorber el aumento de la oferta a lo largo del tiempo para que los precios se mantengan estables o suban”, agregan.
“Algunos inversores pueden sentirse más cómodos con una política monetaria que no pueda cambiar con el tiempo. Otros podrían preferir una situación en la que la política monetaria pueda cambiar en respuesta a las necesidades o condiciones cambiantes (por ejemplo, la ampliación de la red, el aumento de la rentabilidad, etc.)”, prosiguen los analistas. Y subrayan que “esto puede conllevar riesgos, dependiendo de la gobernanza (corporativa) de la organización que tiene la capacidad de cambiar la política monetaria”.
Como colofón, exponen estos expertos que “el espacio de los activos digitales puede caracterizarse como inflacionario en el sentido de que cualquiera que posea la capacidad técnica para hacerlo puede crear nuevas monedas y fichas”. “Su potencial de crecimiento sólo está limitado por la medida en que las personas tengan nuevas necesidades que deban ser satisfechas a lo largo del tiempo, lo que, como dirá cualquier economista, es infinito”.