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© Alberto Sánchez

Los activos digitales han experimentado fuertes caídas en los últimos días, ya que la aversión al riesgo, alimentada por el temor a la subida de la inflación y la ralentización del crecimiento mundial, se ha extendido por los mercados financieros. Los principales activos, el bitcoin y el ethereum, han sufrido una aguda depreciación que adoptó tintes de tragedia el 9 de mayo, cuando se pusieron a prueba las marcas de 30.000 y 2.200 dólares, respectivamente, y se alcanzaron mínimos de 10 meses en ambos tokens. Mientras, la capitalización total del mercado de las monedas digitales ha perdido alrededor del 50% de su valor desde los máximos de noviembre de 2021.

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Esta volatilidad subraya una vez que, "si bien las correlaciones históricas entre los activos digitales y la renta variable han sido bajas en promedio, éstas tienden a aumentar en épocas de riesgo negativo, lo que a menudo da lugar a caídas excesivas de las criptomonedas en relación con la renta variable en estos períodos", escribe Sipho Arntzen, analista de Next Generation Research de Julius Baer. Por lo tanto, "vemos las divisas criptográficas principalmente como un potenciador de la rentabilidad en una cartera, más que como un activo de refugio", agrega.

Explica el experto que los cripotoactivos se han visto sometidos a una fuerte presión de venta en los últimos días, debido a una rotación más amplia de los inversores que se alejan de los activos de riesgo, en medio de los temores de subidas agresivas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales mundiales en un esfuerzo por controlar los altos niveles de inflación.

Los activos digitales se han beneficiado sin duda del entorno de bajos tipos de interés y alta liquidez de los últimos años, y "es probable que la inversión de la tendencia siga siendo un fuerte motor de descensos en estos activos en el futuro", avisa Arntzen, quien cree "probable que persistan los vientos en contra y que no se produzca un cambio rápido". Esta reciente liquidación "refuerza la opinión de que los activos digitales se comportan de manera muy similar a los activos de riesgo, más que a los activos de refugio que buscan diversificar una cartera", afirma el experto. "Aunque históricamente las correlaciones entre los activos digitales y la renta variable han sido bajas por término medio, tienden a dispararse en torno a eventos de riesgo, lo que a menudo hace que los activos digitales caigan más que la renta variable, como han demostrado recientemente los mercados", insiste.

Otro acontecimiento que también pesa sobre las criptomonedas es el reciente incidente en el que la 'stablecoin' (moneda estable) dolar terra (UST) perdió su vinculación 1:1 con el dólar estadounidense. Para las monedas estables, el mantenimiento de su vinculación con su equivalente en moneda fiduciaria es extremadamente importante, ya que una desviación de incluso unos pocos puntos básicos podría tener efectos perjudiciales para las inversiones vinculadas a ellas.

Las 'stablecoins' son objeto de una gran atención por parte de los reguladores, ya que suponen un reto para el dinero emitido por el Estado y el control que conlleva. Estos tokens vinculados a un activo tradicional, en este caso al dólar, se están convirtiendo en la columna vertebral del mundo de las finanzas descentralizadas (DeFi), que hasta ahora ha permanecido muy poco regulado, en marcado contraste con el mundo altamente regulado de las finanzas tradicionales, al que pretende perturbar.

"Esperamos que los reguladores acaben por crear unas condiciones más equitativas entre estos dos mundos, lo que creemos que infundirá confianza y, en última instancia, fomentará una mayor adopción de los activos digitales", concluye el experto del banco suizo de gestión de capitales.

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