Nueva derrota para la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) en su mano a mano con Ripple. La Justicia de EEUU ha rechazado la apelación del regulador al fallo que exoneraba parcialmente a la compañía de criptomonedas al entender que la venta del token XRP a inversores minoristas no constituía una venta de valores como sí lo fue la venta a inversores institucionales.
En un auto publicado este martes 3 de octubre, la jueza de distrito Analisa Torres, encargada de supervisar el caso entre Ripple y la SEC, ha rechazado la moción de la Comisión al entender que el regulador no había conseguido demostrar que había una "cuestión de derecho determinante", "motivos sustanciales para la diferencia de opinión" o que "una apelación inmediata pueda adelantar materialmente la terminación definitiva del litigio".
Si bien la SEC está tocada, todavía no está hundida. Esto se debe a que la jueza Torres ha fijado el 23 de abril de 2024 como la fecha para celebrar un juicio que aborde el resto de cuestiones que todavía están abiertas en este caso.
Tras estas noticias, XRP se ha convertido en una de las criptos más alcistas del mercado, consiguiendo repuntar en torno a un 4% en las últimas 24 horas. En el trimestre, el token de Ripple ha remontado un 10,3%, mientras que el rebote en lo que va de año aumenta al 56%. La capitalización de XRP asciende a más de 28.200 millones de dólares, convirtiéndola en la quinta mayor cripto del mercado.
Como decíamos, Ripple se anotó una victoria parcial ante la SEC después de que los tribunales dictaminaran el pasado julio que la venta programática de XRP a través de 'exchanges' y algoritmos a inversores minoristas no constituía la venta de valores no registrados. Según la Justicia estadounidense, la SEC no podía decir con absoluta certeza que los inversores especulativos tenían "una expectativa razonable de ganancias que se derivarían de los esfuerzos empresariales o de gestión de otros".
A principios de septiembre, el regulador solicitó a los tribunales que aceptaran su apelación a la sentencia, al entender que esta venta de tokens sí constituía una venta de valores no registrados. El regulador entiende que existe una zona gris legal sobre qué criptoactivos representan contratos de inversión y cuáles no debido a las diferencias entre magistrados del mismo tribunal.