El ether, la unidad nativa de la red Ethereum está en boca de todos los participantes en el mercado de las criptodivisas. Esta semana se ha puesto fecha a su esperada actualización ‘London’, una mejora de cinco aspectos del actual algoritmo de la cadena de bloques sobre la que se desarrollan los contratos inteligentes y sobre la que se levantan la mayoría de empresas del ecosistema DeFi (del inglés descentralized finance). Conocida en la jerga del mercado como bifurcación dura ‘hard fork’ se llevará a cabo el 4 de agosto, algo más tarde de lo previsto, pero de forma más segura al haber cosechado éxitos en sus dos pruebas llevadas a cabo.
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Estos cambios en el protocolo Ethereum son la antesala de la versión 2.0 de la segunda ‘cripto’ por capitalización de mercado, que llegará hacia finales de año, una revolución muy esperada por el cambio fundamental que implica en el minado -la forma de obtención de los tokens- del ether. Todos estos motivos hacen que cada vez más analistas y participantes de mercado sean muy alcistas con este token, que actualmente tiene una capitalización de 253.000 millones de dólares, alrededor del 19% del total del mercado de los criptoactivos, frente al bitcoin, que mantiene un dominio del 44%.
Pero todo esto podría cambiar muy pronto, de acuerdo con Goldman Sachs, quienes se han unido al coro de expertos y analistas que ven un potencial muy superior a cualquier otra moneda digital en la creación de Vitalik Buterin, incluso por encima del bitcoin. Según una reciente nota de opinión, el banco de inversión de EEUU cree que la 'cripto' “tiene lo que se necesita para desbancar al bitcoin como almacenamiento de valor dominante”.
La entidad cree que los casos de uso del ether poseen actualmente el mayor "potencial", siendo la plataforma de desarrollo más popular para los contratos inteligentes. El informe, no obstante, aunque era alcista con el ether, reniega de la superioridad de las criptomonedas sobre el oro a la hora de ocupar el primer puesto entre los activos refugio.
"El oro compite con las criptomonedas en la misma medida en que compite con otros activos de riesgo como la renta variable y las materias primas cíclicas", reza la nota. "Vemos el oro como una cobertura defensiva de la inflación y las ‘criptos’ como una cobertura de riesgo de la inflación".
Goldman también señala que la competencia entre las criptodivisas representa otro factor de riesgo que impide que la naciente clase de activos sea un lugar seguro para aparcar las inversiones.
LA BIFURCACIÓN DURA ‘LONDON’
Precisamente, en aras de ser la número uno del mercado, tanto el bitcoin como el ethereum encararán en los próximos meses sendos procesos de mejora. Como ya se ha citado, el más inmediato es el previsto para inicios de agosto para Ethereum y consiste en cinco Propuestas de Mejora de Ethereum (EIP por sus siglas en inglés), entre las que destacan la EIP 1559 y la EIP 3554, cuyo objetivo es contrarrestar diversas ineficiencias:
La EIP 1559 introduce una nueva estructura de tarifas para que Ethereum sea menos caro. Este cambio en el protocolo es muy controvertido porque pretende quemar parte de las tarifas y, por tanto, disminuir los ingresos de los mineros.
El EIP 3554 retrasa la bomba de dificultad de Ethereum hasta el 1 de diciembre. Este mecanismo incrementará la dificultad de la minería en la red de Ethereum, "congelando" efectivamente la prueba de trabajo (POW por sus siglas en inglés) en preparación para el paso de Ethereum a su versión 2.0 que implica el paso a prueba de participación (POS por sus siglas en inglés), menos contaminante.
Entretanto, el bitcoin mantendrá el protocolo POW, cuyo minado es mucho más contaminante y sigue en el ojo del huracán por la huella de carbono que deja. Sin embargo, también desplegará una serie de mejoras en noviembre, bajo el nombre en clave de ‘Taproot'.
