El universo de los tokens digitales ha proliferado en los últimos siete años hasta llegar a aglutinar cerca de 10.000 monedas digitales, según datos de CoinMarketCap, que van mucho más allá de las criptodivisas más conocidas, dando lugar a nuevos activos criptográficos, como las 'stablecoins' (divisas respaldadas por activos) o los tokens no fungibles (NFT). La criptoeconomía es tan diversa que cada uno de estos tokens tiene sus propias reglas y su propio funcionamiento interno, lo que se conoce como tokenomics en la jerga del mercado, y aunque un inversor de los mercados tradicionales pueda tener una indigestión ante tal volumen, los expertos afirman que esta gran variedad obedece a un motivo.
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50.000, 52.000, 63.000... ¿qué precio esperan ahora los analistas para el bitcoin?“No todas las criptodivisas son iguales, la mayoría han sido diseñadas para resolver problemas específicos o con distintos propósitos”, señalan desde Coinbase. El origen de esta asombrosa diversificación hay que buscarlo en 2015, con el nacimiento de la cadena de bloques Ethereum, que permite generar nuevos tokens, ya sean criptomonedas nuevas, representar la propiedad de un objeto (los NFT), o tokenizar acciones de una empresa a partir de contratos inteligentes. Esta libertad y descentralización elimina cualquier traba burocrática para los usuarios a la hora de interactuar libremente con otros y colocar en el mercado todo tipo de activos invertidles.
Otras cadenas de bloques surgidas a posteriori ofrecen las mismas opciones que Ethereum en cuanto a la agilidad para acuñar nuevos tokens, lo que ha derivado en un crecimiento exponencial de un mercado para tratar de dar respuesta desde las finanzas descentralizadas a las necesidades de los usuarios. Algunas criptodivisas permiten realizar pagos de manera más rápida, mientras que otras desempeñan un papel fundamental en diversas formas de transferencia de valor, como permitir a la gente solicitar préstamos, prestar, comerciar o jugar a videojuegos, todo ello sin un intermediario centralizado.
En apenas 13 años, las criptodivisas se han consolidado como parte de la economía general. El ether -la unidad de la red Ethereum- y el bitcoin son nombres conocidos y cuentan con el respaldo de inversores minoristas e institucionales, así como de empresas e incluso países.
Las criptodivisas también son cada vez más aceptadas como medio de pago de artículos de uso cotidiano y "esperamos que se produzcan nuevos avances en los próximos años", señalan desde Coinbase. Y prevén que "las criptodivisas se hagan cargo cada vez más de lo que actualmente se considera como 'Finanzas 1.0', llevando la libertad económica a miles de millones de personas más en todo el mundo y eliminando las fricciones y los pain points que actualmente se asocian a la transferencia de valor”, afirman.
"El efecto neto de todas estas monedas es que ahora se puede enviar pagos de forma instantánea en todo el mundo a un coste significativamente menor que antes", explican desde Coinbase. "De la misma manera que Internet permite transferir información de forma instantánea (por ejemplo, a través del correo electrónico, las redes sociales, las publicaciones en blogs, etc.), las criptomonedas eliminan muchos de los puntos de fricción en el proceso de mover valor”, comparan desde el criptobróker.
Así, aseveran estos expertos que "son estos emocionantes y variados casos de uso los que hacen que los criptoactivos sean inversiones atractivas. Aprovechando la tecnología blockchain, las criptodivisas tienen el potencial de remodelar el panorama financiero". Eso sí, subrayan que "para cualquiera que desee invertir en criptodivisas, ya sea en el bitcoin o algo totalmente nuevo, es importante recordar que los valores pueden subir y bajar".
Hacen hincapié que los inversores deben entrar en estos activos "dependiendo de su apetito de riesgo". "Los clientes más reacios al riesgo pueden invertir en activos como las 'stablecoins' -respaldadas por el dólar en su mayoría- (muchas de las cuales generan ahora un rendimiento muy superior al que se puede encontrar en una cuenta de ahorro bancaria). Los que estén dispuestos a aceptar más riesgo pueden invertir en criptodivisas más punteras que ofrecen una rentabilidad potencialmente mayor”, concluyen.
No obstante, como cualquier activo emergente, "las criptodivisas de reciente creación pueden tener un importante potencial de crecimiento, pero es probable que su valor sufra mayores oscilaciones que el de las alternativas establecidas". "Más allá del valor del precio, las monedas más nuevas son también un uso más sofisticado de la tecnología blockchain para construir productos más rápidos, más seguros y más avanzados", sentencian.
En resumen, la aparición de las monedas digitales ha llevado a muchos a cuestionarse los actuales cimientos del dinero. "Las criptodivisas poseen un fuerte potencial como método de pago por características como su globalidad, seguridad, descentralización, inmediatez y mitigación del fraude", concluyen desde Coinbase.