En tan solo doce meses, las criptomonedas han pasado de estar de moda a vivir un auténtico cataclismo. En el caso del bitcoin, el criptoactivo más popular, cotiza ahora cerca de los 16.000 dólares, frente a los más de 64.000 dólares que marcó en noviembre de 2021.
EXTREMA VOLATILIDAD
Una estrepitosa caída que, según los analistas de Morningstar, nos deja varias lecciones. Y la primera es “muy obvia: las criptomonedas son extremadamente volátiles”. Una afirmación nada sorprendente, “pero que vale la pena repetir”. “Cuando los activos de riesgo están en alza, es fácil quedar atrapado en la emoción. En esos momentos, cuando la opinión pública enfatiza las posibilidades en lugar de los peligros, los problemas potenciales son difíciles de imaginar”, explican estos expertos.
“Pero los problemas siempre existen. Y más en un activo cuya ganancia acumulada desde el inicio de su cotización en los 4,25 dólares en 2012 llegó a ser del 1.089.493%. Con un crecimiento tan astronómico, incluso descensos muy grandes son solo un parpadeo en el gráfico”.
DIVERSIFICACIÓN MENGUANTE
La teoría moderna de las carteras resalta tanto la correlación entre los activos como su volatilidad, unos fundamentos que han llevado a muchos ahorradores a apostar por las criptomonedas como baluartes en sus inversiones. Sin embargo, argumentan desde Morningstar, existe una importante controversia sobre la verdadera diversificación que ofrecen estos activos digitales.
“Las criptomonedas se comportan actualmente como acciones tecnológicas. Durante sus primeros días, eran unicornios, aparentemente ajenos a los movimientos de las inversiones convencionales. Pero, desde su llegada al primer plano informativo, esa relación ha cambiado, convirtiéndose en una versión apalancada del índice Nasdaq 100”.
“El hecho de que las criptomonedas se estén comportando como acciones tecnológicas no implica que lo vayan a seguir haciendo. Sin embargo, no se puede suponer que brinden una diversificación útil de la cartera. Esa es una esperanza, no una expectativa”, remarcan dichos analistas.
RIESGOS DE EVENTOS
El reciente dato de inflación conocido en Estados Unidos catapultó al sector tecnológico, pero, por el contrario, no sirvió de catalizador a las criptomonedas. Un abrupto cambio del patrón que los citados expertos achacan al colapso del operador FTX, que acabó salpicando al prestamista digital Block-Fi y que obligó a liquidar posiciones a muchos compradores apalancados.
En este sentido, Morningstar destaca que, actualmente, la industria de las criptomonedas se encuentra “poco regulada en relación a las estrictas normas que rigen a los bancos y a los fondos de inversión”. “Las plataformas de criptomonedas disfrutan de una libertad sustancial, sujeta a escasa supervisión”.
UN PASEO AL AZAR
Finalmente, como lección más sorprendente, estos analistas indican que los eventos sucedidos en este 2022 en el sector de las criptomonedas “ponen de manifiesto la inutilidad de la investigación”. “Los aficionados a las cibermonedas pueden enumerar las diferencias entre los diversos activos digitales y debatir cuál tiene el futuro más brillante, pero sus conocimientos no sirvieron de nada cuando llegó el mercado bajista de las criptomonedas”, argumentan.
“Conocimientos que tampoco permitieron a los observadores detectar los problemas de FTX con anticipación. Las autoridades sufrieron junto con los neófitos”, prosiguen. “Aquellos que quieran poseer criptomonedas harían bien en asumir el modelo de ‘caminata aleatoria’ del mercado de valores, que constata que la experiencia no es útil ya que los precios de las acciones no se pueden predecir”.
Y, como conclusión, resaltan que “para adquirir activos digitales se debe estar preparado para soportar fuertes recesiones y quiebras explosivas; esos peligros no se pueden evitar”.