El año pasado, el mercado de las criptomonedas registró transacciones ilícitas por valor de más de 20.000 millones de dólares, la cifra más alta de su historia. A pesar de la caída del mercado, la actividad ilícita en el sector de las criptomonedas aumentó por segundo año consecutivo, elevando el total de los últimos cinco años a máximos sorprendentes. En concreto, según los datos presentados por AltIndex, el mercado de las criptomonedas registró transacciones ilícitas por casi 70.000 millones de dólares en el último lustro.
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Los crímenes con criptomonedas se frenan en el primer trimestre de 2023La actividad ilícita en el espacio de las criptomonedas incluye transacciones vinculadas a fondos robados, estafas, ransomware, trata de personas, financiación del terrorismo y mercados de la darknet.
En 2017, el criptoespacio registró transacciones ilícitas por valor de 4.900 millones de dólares. Tras caer a 4.600 millones de dólares un año después, esta cifra casi se triplicó y alcanzó los 12.300 millones de dólares en 2019.
Las estadísticas muestran que 2020 vio otra caída, con aproximadamente un 30% menos de transacciones ilegales en el mercado. Pero a partir de ahí todo fue cuesta abajo, y en 2021 y 2022 se produjo un aumento de la actividad ilícita con criptomonedas.
En esos dos años, el volumen total de transferencias de transacciones ilícitas en el criptoespacio se duplicó con creces hasta alcanzar los 18.100 millones de dólares. La actividad ilegal continuó creciendo en 2022, con el valor total de las transacciones aumentando a 20.600 millones de dólares y llevando hasta el 308% el aumento de la actividad delictiva en cinco años.
Con todo, la proporción de transacciones ilícitas en el volumen total de criptomonedas ha disminuido en este periodo. Hace cinco años, representaban el 0,86% de todas las transacciones en el espacio criptográfico. Este porcentaje se redujo a sólo el 0,24% el año pasado.
Por el contrario, el número de entidades y direcciones sancionadas también aumentó exponencialmente. Según los datos de Chainalysis, 2018 vio las primeras sanciones relacionadas con cripto de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos cuando sancionó a dos ciudadanos iraníes asociados con el ransomware SamSam.
Durante los dos años siguientes, la mayoría de las direcciones incluidas como identificadores de sanciones fueron direcciones de billeteras personales propiedad de particulares, con un promedio de dos direcciones en 2018, cuatro en 2019 y nueve en 2020.
El número anual de entidades sancionadas relacionadas con las criptomonedas se quintuplicó en este período, pasando de dos en 2018 a diez el año pasado. Los datos de Chainalysis también mostraron que las estafas fueron la principal fuente de ingresos de la criptodelincuencia en los últimos cinco años, seguida de los fondos robados y el mercado de la darknet.