La noticia del acuerdo de la canadiense Bitfarms con una planta de electricidad argentina para instalar la mayor planta de minado de criptomonedas de Sudamérica, ha llamado la atención de otras empresas que buscan jurisdicciones con precios de electricidad baratos y legislaciones amigables con la obtención de esos activos. Al mismo tiempo que China, meca de la actividad que se conoce como 'minería' de criptoactivos, cada vez pone más palos en las ruedas de esta práctica, Argentina ofrece nuevas oportunidades para este negocio.
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Cuidado con el yuan digital: ¿se usarán las 'criptos' soberanas para controlarnos?El bitcoin se basa en una red descentralizada, lo que significa que no es emitido por una sola entidad como un banco central. Las transacciones, registradas en un libro de contabilidad público llamado blockchain, deben ser "verificadas" por mineros. Estos utilizan ordenadores especialmente diseñados para resolver complejos rompecabezas matemáticos que permiten que se produzca una transacción de bitcoins. Los mineros reciben nuevos tokens como recompensa y ese es el incentivo.
Pero es un proceso que se ha ubicado en el ojo del huracán recientemente por su elevadísimo gasto de electricidad. El consumo energético de la industria minera es de 128,84 teravatios-hora al año, más que el de países como Ucrania, según el Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoin de la Universidad de Cambridge.
Por estos motivos, el Gobierno del gigante asiático avisó a mediados de mayo de que perseguiría a los mineros. En una nueva ofensiva contra las 'criptos' reiteró muchas de sus antiguas prohibiciones, pero amplió el foco al minado. Las consecuencias no se hicieron esperar: después de la prohibición en al región autónoma de Mongolia Interior, varias empresas anunciaron el cese de su actividad. Huobi, BTC.TOP, HashCow... una tras otra han emitido comunicados en los que refieren una reordenación de sus servicios o una reestructuración mundial, sin dar más detalles.
China acoge alrededor del 65% de toda la minería global de bitcoins; sólo Mongolia Interior representa alrededor del 8%, debido a su energía barata. En comparación, Estados Unidos representa el 7,2% de la minería mundial de bitcoins. Pero este dominio tiene los días contados en cuanto el resto de empresas sigan el paso de estas compañías y se trasladen a países con electricidad barata y leyes que no penalicen el minado.
Uno de ellos podría ser Argentina. Aprovechando las ineficiencias de la economía intervencionista, los mineros cosechan grandes beneficios alimentados por la electricidad subsidiada por el gobierno argentino. Al igual que en otros lugares del mundo, esta actividad se ha acelerado en el país del Cono Sur, -pese a todas las reticencias obre impacto medioambiental- , por su rentabilidad.
Incluso después de la corrección del precio del bitcoin de mayo, "el coste de la electricidad para cualquiera que mine desde su casa sigue siendo una fracción del total de los ingresos generados", explica Nicolás Bourbon, en declaraciones a Bloomberg. A pesar de que Argentina es un importador neto de gas, las facturas de electricidad de los consumidores sólo representan entre el 2% y el 3% de los ingresos mensuales medios. En comparación, este porcentaje se dobla en otros mercados latinoamericanos como Brasil, Colombia o Chile.
El ejemplo de Bitfarms podría seguirse por otras compañías que busquen regiones que han "sobredimensionado sus sistemas de generación eléctrica", en palabras del presidente de Bitfarms, Geoffrey Morphy. "La actividad económica en Argentina está en declive, y la energía no se utiliza en su totalidad. Así que era una situación en la que todos salían ganando", ha declarado a 'Bloomberg'.
Además de la energía barata, el regreso de los controles de divisas en los últimos años ha dado a los argentinos, que tienen prohibido comprar dólares, un incentivo aún mayor para minar tokens digitales. Por si esto fuera poco, con una inflación que ronda el 50% anual y una restricción monetaria que permite a los individuos convertir legalmente sólo 200 dólares al mes, la demanda desenfrenada de cualquier reserva de valor está alimentando un desplome del peso.
Por todo lo anterior, para ciertos generadores de electricidad con fácil acceso al gas, vender el exceso de energía a los mineros del bitcoin durante parte del año tiene sentido, especialmente si el generador de energía evita de alguna manera los controles de cambio de divisas al recibir el pago en dólares fuera de Argentina, o en bitcoins. En definitiva, los ingresos para los mineros son muy elevados, una situación que se prolongará mientras el Gobierno mantenga su política de pagar parte de la factura de la luz.