- En català:Caos comptable a FTX: més de 50 empreses no hi tenien controls de cap tipus, segons el CEO
El consejero delegado de FTX, John J. Ray III, ha dado más detalles sobre los motivos que llevaron a la quiebra a la criptobolsa fundada y anteriormente dirigida por Sam Bankman-Fried. Según un escrito presentado el pasado 9 de abril ante el Tribunal de Quiebras de Delaware, el encargado de liquidar el ‘exchange’ ha señalado que el equipo encontró “amplias deficiencias” en los controles de más de medio centenar de empresas del grupo.
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La quiebra de FTX es un "fraude a la antigua usanza", asegura el nuevo CEO“56 entidades de FTX Group no elaboraban estados financieros de ningún tipo. 35 entidades de FTX Group utilizaban QuickBooks como sistema de contabilidad y dependían de una mezcolanza de documentos de Google, comunicaciones de Slack, unidades compartidas y hojas de cálculo de Excel y otras soluciones no empresariales para gestionar sus activos y pasivos”, explica el escrito presentado por los liquidadores de la compañía.
QuickBooks es un paquete de software de contabilidad diseñado para pequeñas y medianas empresas, nuevas empresas y autónomos. De acuerdo con Ray, la aplicación “no fue diseñado para satisfacer las necesidades de una empresa grande y compleja como la de FTX Group, que manejaba miles de millones de dólares en valores, moneda fiduciaria y transacciones de criptomonedas en múltiples continentes y plataformas”.
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Bankman-Fried y otros altos cargos de FTX recibieron pagos de hasta 3.200 millonesSegún ha señalado el equipo directivo de FTX, los deficientes controles provocaron que 80.000 transacciones quedaran como “apuntes contables sin procesar”.
“Para complicar aún más las cosas, los registros de QuickBooks se hacían a menudo meses después de que se produjeran las transacciones, lo que hacía imposible informes financieros y gestión de riesgos en tiempo real. Las transacciones de activos digitales se rastreaban en QuickBooks utilizando la entrada genérica “inversiones en criptomoneda”, pero no existía en QuickBooks un registro detallado que reflejara en qué consistían realmente esas inversiones en criptomoneda, lo que dificultaba enormemente o imposibilitaba la conciliación con otras fuentes de dato”, han añadido.
Asimismo, Ray ha destacado que Alameda Research, brazo inversor de la compañía, tenía “a menudo dificultades para entender cuáles eran sus posiciones, y mucho menos para cubrirlas o contabilizarlas”. Para la gran mayoría de los activos, explica, “el mantenimiento de registros de Alameda era tan pobre que es difícil determinar cómo se marcaron las posiciones”.
Los liquidadores de FTX también han subrayado que, en una comunicación interna, Bankman-Fried describió Alameda como “hilarantemente más allá de cualquier umbral de cualquier auditor de ser capaz de obtener incluso parcialmente a través de una auditoría”. “Alameda es inauditable. No lo digo en el sentido de “una gran empresa de contabilidad tendrá reservas a la hora de auditarla”; lo digo en el sentido de “solo somos capaces de hacernos una idea aproximada de cuáles son sus balances, por no hablar de algo como un historial completo de transacciones”. A veces encontramos por ahí activos por valor de 50 millones de dólares a los que habíamos perdido la pista; así es la vida”, habría asegurado Bankman-Fried, según han señalado en el escrito.
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"Los primeros días tras la quiebra fueron un infierno: los hackeos duraron toda la noche"“Las declaraciones de Bankman-Fried evidencian los retos que una empresa auditora competente habría tenido que superar para auditar el negocio de Alameda”, han añadido desde el equipo directivo de la criptobolsa.
Por otro lado, Ray ha criticado duramente el papel de Bankman-Fried y otros directivos de la compañía como Nishad Singh y Gary Wang, los cuales “carecían de experiencia en gestión de riesgos o dirección de empresas, controlaban casi todos los aspectos significativos del grupo FTX”. “Se consideraba que Bankman-Fried tenía la última palabra en todas las decisiones importantes, y Singh y Wang se sometían en gran medida a sus órdenes”, ha añadido Ray.
Además, el nuevo CEO de FTX destaca que la compañía adolecía de una alarmante falta de “personal o directivos independientes o con experiencia en finanzas, contabilidad, recursos humanos, seguridad de la información o ciberseguridad, y carecía de cualquier función de auditoría interna”. “Además, la supervisión del consejo de administración era prácticamente inexistente. Numerosas responsabilidades importantes no se delegaban en otros ejecutivos o directivos, ni siquiera cuando éstos habían sido contratados”, ha agregado.
En las últimas semanas, la dirección de FTX informó que estos altos cargos recibieron pagos y préstamos por valor de más de 3.000 millones de dólares, al tiempo que señalaron que alrededor de 9.000 millones seguían en paradero desconocido.