La fluctuación que afecta a la cotización del bitcoin pone de relieve la sensibilidad del mercado. De hecho, la caída del precio de la mayor criptomoneda se puede atribuir a factores macroeconómicos y tensiones geopolíticas. "La resistencia de alrededor de 61.000 dólares se ha convertido en un obstáculo importante para una recuperación sostenida".
Así lo afirma Antonio Ernesto Di Giacomo, analista de mercado senior en XS.com. Cree que el mercado puede enfrentarse a más desafíos antes de encontrar una estabilidad duradera.
"La caída repentina del bitcoin pone de relieve la complejidad y volatilidad del mercado de criptomonedas, donde los factores externos pueden desencadenar movimientos bruscos de precios". No obstante, a pesar de los desafíos actuales, ve que el interés institucional en el bitcoin "sugiere que se mantiene la confianza en su potencial a largo plazo".
Sobre los factores macroeconómicos y tensiones geopolíticas, apunta a que los temores a una posible recesión en EEUU, las tensiones en Oriente Medio y los tipos de interés en Japón "han influido en la percepción del mercado".
"Estos elementos han creado incertidumbre entre los inversores, retirando temporalmente el capital de los activos de riesgo, incluidas las criptomonedas. En este contexto, la volatilidad inherente a las criptomonedas se ha amplificado, lo que ha exacerbado la caída", dice.
Pero, a pesar de la reciente volatilidad, destaca que los inversores institucionales siguen mostrando un interés considerable en el bitcoin: "Más del 60% de los principales fondos de cobertura están expuestos a esta criptomoneda, lo que indica una confianza subyacente en su potencial a largo plazo. Sin embargo, este optimismo no ha sido suficiente para evitar la corrección del precio del bitcoin".
En su opinión, esta corrección refleja no solo la naturaleza especulativa del mercado, sino también una respuesta a las presiones macroeconómicas.
Al mismo tiempo, comenta que las entradas de ETF del bitcoin han experimentado un notable descenso. Una reducción que considera que "podría interpretarse como una señal de cautela entre los inversores, que prefieren esperar a que el mercado registre una mayor estabilidad antes de aumentar su exposición".
Además, la disminución de las entradas "también sugiere que el mercado se encuentra en una fase de consolidación, en la que los precios tienden a estabilizarse antes de posiblemente retomar una tendencia alcista", concluye.