- -1.023,960$
- -1,06%
Las jornadas de inmensa volatilidad y caídas pantagruélicas para el bitcoin, que el activo digital vivió hasta junio, parecen haber quedado atrás. Durante meses, el comportamiento de la creación de Satoshi Nakamoto y del mercado de ‘altcoins’ fue de la mano de otros activos de riesgo, principalmente los índices de Wall Street, sufriendo más que el resto en las caídas. Sin embargo, después de un verano de consolidación para las criptomonedas, esta tendencia ha disminuido notablemente en septiembre.
Entre finales de 2021 y los primeros seis meses de 2022, la moneda digital sucumbió con violencia a una mezcla tóxica para la confianza de los inversores, entre el rápido endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU (Fed) y una serie de quiebras de empresas de la industria como Terra, 3 Arrows Capital o Celsius. Las condiciones del mercado monetario estadounidense asustaron a unos inversores que empezaron a huir del riesgo, atemorizados por la escasez de dólares, fruto de los incrementos de tipos de la Fed. Y el bitcoin, el ethereum y el resto de los activos digitales se vendieron como una acción tecnológica más por parte de las 'manos fuertes' de Wall Street.
Cuando la caída de Terra, en mayo, desató la crisis de las empresas de préstamo de critomonedas, el bitcoin ya había perdido más de la mitad de su valor desde los máximos históricos de noviembre de 2021, casi en 69.000 dólares. La conmoción que siguió a este hecho magnificó la aversión al riesgo en las monedas digitales, dejó mínimos para el bitcoin en 17.500 dólares, y para el ethereum alrededor de 900 dólares, y certificó la llegada del ‘criptoinvierno’.
Los expertos se muestran cada vez más convencidos de que, en ese momento, los activos criptográficos tocaron fondo, ya que, desde entonces, la moneda digital por antonomasia ha entrado en la consolidación clásica de los mercados bajistas, con un suelo y un techo que parecen bien definidos. Este es el motivo principal que esgrimen a la hora de explicar su resiliencia durante un septiembre que ha sido especialmente duro para los índices bursátiles de Wall Street.
El Nasdaq, con un alto componente tecnológico, ha caído un 10,5% en el noveno mes, mientras que el S&P 500 se ha desplomado un 9,3%, en su peor septiembre desde 2002, cuando cayó un 11%. Sin embargo, el bitcoin sólo ha bajado un 1%. Además, el S&P ha registrado el peor rendimiento en lo que va de año en 20 años. El Nasdaq ya ha perdido más de un 30% este año. El Dow, que ha caído un 9% el pasado mes, ha borrado todas las ganancias de los dos últimos años, retrocediendo hasta donde estaba en noviembre de 2020.
En contraste, la moneda de Nakamoto ha recortado un asombroso 56% en los nueve primeros meses de 2022. Sin embargo, el rendimiento relativamente fuerte de septiembre puede mostrar el comienzo de un cambio de ciclo para las criptodivisas, indican los analistas. Algo no necesariamente positivo del todo si hay rebote.
“La ligera desconexión entre el bitcoin y otros activos de riesgo recientemente ha sido interesante”, comenta Craig Erlam, analista de Oanda. “Hemos visto más resistencia durante las caídas y aparentemente menos entusiasmo durante las subidas. Será interesante ver si esta relación se mantiene y qué significa en el futuro”, comenta. De hecho, el rebote en el que se han embarcado los mercados en octubre, deja al bitcoin al margen, de momento.
Otros datos pintan un escenario prometedor. El análisis de CryptoCompare del mes pasado no dice que el volumen total de criptomonedas (que incluye a los criptobrókers y a las bolsas descentralizadas) aumentó en septiembre un 16% (de 630.000 millones de dólares a 733.000 millones de dólares).
Este fue el primer incremento notable en el volumen desde abril y mayo de este año. “¿Podría esto significar que el dinero inteligente se ha estado preparando para un cambio de tendencia?”, indica Marcus Sotiriou, analista de GlobalBlock. “La finalización del rango de negociación actual de Bitcoin, entre 17.600 y 22.800 dólares, debería darnos la respuesta”, afirma.