Pese a que la decisión sobre si la eurozona desarrollará y lanzará un euro digital se halla todavía en un horizonte muy lejano -a tres o cuatro años vista según ha avanzado la misma presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde-, el supervisor monetario europeo está desarrollando un modelo teórico y tecnológico en el que se podría basar la futura moneda. Y debe ser "un complemento y no un sustituto" del euro tal y como lo conocemos, en palabras de Mayte Arráez, adjunta de la división de apoyo a infraestructuras de mercado del Banco Central Europeo (BCE).
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BBVA pide al BCE "evitar que el euro digital se convierta en vehículo de ahorro o inversión"La experta ha participado en la conferencia 'La visión de los bancos centrales sobre el Euro Digital', que ha dado el pistoletazo de salida a las sesiones Revolution Banking 2021, que se desarrollan en formato online el 22 de junio.
Arráez ha abundado en las conclusiones que se han obtenido hasta la fecha en los trabajos que el BCE ha llevado a cabo para el modelo de una hipotética moneda compartida online: un informe técnico en octubre del año pasado y una consulta pública que finalizó en enero de 2021. Así, se ha hecho hincapié en que "el modelo euro digital avanza en paralelo a otros que se estudian por un 80% de bancos centrales y gobiernos de todo el mundo".
La principal característica de este futuro sistema de pago es que "el euro digital se homologa a un euro físico, pero en formato digital, ha seguido Arráez, por lo que no tendrá ni "tasas de intercambio ni de convertibilidad". Estará a "disposición de ciudadanos y empresas como medio de pago" completamente "libre de riesgo, fácil y barato", con "estrictos criterios de seguridad". Y además, "se ofrecerá a través de proveedores de servicios de pago, que serán quienes interactuarán con el ciudadano".
En cuanto a los objetivos de esta futura moneda, la adjunta de la división de apoyo a infraestructuras de mercado del BCE ha destacado que buscará apoyar la digitalización economía, responder al menor uso del efectivo como medio pago y "a una realidad internacional en que varios bancos están trabajando".
Además, el BCE "tendrá que cubrir sobre todo la garantía de privacidad y distinguir entre esta privacidad y el anonimato para prevenir blanqueo de capitales", ha incidido por su parte Magí Clave, Subdirector General de Sistemas de Información del BCE. Asimismo, la futura versión online de la moneda europea debe garantizar la "operatividad entre monedas y un sistema de pagos transfronterizos eficiente". Por este motivo, el eurosistema está trabajando con varios equipos multisistema, ha detallado.
Las "tecnologías no van a ser un problema, con lo poco que hemos experimentado", ha asegurado Clave, quien ha relatado también que "las pruebas hechas son positivas y se augura que va a haber más de una tecnología en el diseño final del euro digital".
A mediados de este año el Consejo de Gobierno del BCE tomará decisión sobre si iniciar fase investigación, que se centrará en el objetivo de elaborar un euro digital, pero la decisión sobre su implantación real no se tomará hasta mucho más adelante y requerirá una nueva decisión del organismo de gobierno del instituto emisor. Los representantes del banco central también han asegurado que "se trabajará en sintonía con el resto de instituciones europeas" en este proyecto.