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El ethereum (ETH) atraviesa unas semanas complicadas. En el último mes, la mayor 'altcoin' del mercado ha experimentado una gran volatilidad que la ha llevado a rozar los 4.000 dólares y a quedarse cerca de perder los 3.300 dólares después de que la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) aprobase de forma parcial los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) de ETH al contado. Asimismo, el regulador ha señalado en las últimas semanas que una aprobación a lo largo de este verano es probable, haciendo que los precios sigan oscilando con fuerza.
James Harte, analista de mercados de TickMill Group, destaca que los futuros del ether han bajado un 23% desde sus máximos, moviéndose a la par que el bitcoin (BTC). Según este experto, el cambio de perspectivas de la Reserva Federal (Fed), que recientemente recortó su previsión de bajas de los tipos de interés de tres a solo una en 2024. La previsión de unos tipos de interés más altos suele ser un factor negativo para los activos digitales, ya que se reduce el apetito por el riesgo debido a, entre otros motivos, el encarecimiento de los préstamos.
"Este cambio de postura ha creado recientemente una profunda cresta de apoyo para el dólar estadounidense, suprimiendo la demanda de criptomonedas. Como resultado, hemos visto una menor afluencia a los ETF de criptomonedas en las últimas semanas, lo que se refleja en la evolución de los precios que estamos viendo", explica Harte.
Con todo, este y otros expertos señalan que, si los datos que se publiquen siguen apuntando hacia un enfriamiento de la inflación y una desaceleración de la economía estadounidense, es probable que las expectativas de flexibilización de la Fed a corto plazo aumenten, arrastrando al dólar a la baja y permitiendo que la demanda de criptomonedas repunte de nuevo.
No obstante, algunos expertos creen que esta volatilidad está injustificada. Greg Magadini, director de derivados del proveedor de datos blockchain Amberdata, señala que el diferencial entre los índices de volatilidad implícita a 30 días para el éter (ETH DVOL) y el bitcoin (BTC DVOL) ha sido sensiblemente mayor durante los últimos dos meses y ha aumentado recientemente hasta el 17%.
La volatilidad implícita es una medida prospectiva de la volatilidad esperada de un activo durante un periodo de tiempo determinado, derivada del precio de mercado del contrato de la opción. "Una volatilidad implícita alta sugiere que los operadores esperan fluctuaciones significativas de los precios, mientras que una volatilidad implícita baja indica expectativas de precios relativamente estables. El precio de las opciones también se conoce como la prima pagada por el contrato de opciones en particular", explican los expertos de 'The Block Learn'.
Así, la volatilidad implícita proporciona a los operadores información sobre el riesgo percibido asociado a un activo. Según Kaiko Research, es una herramienta "extremadamente útil" para predecir el riesgo de un activo, pero las características distintivas de los mercados de criptomonedas "hacen que el cálculo sea especialmente complejo".
"Sigo siendo escéptico de que esta prima de volatilidad relativa siga siendo persistente. Se echó mucha agua fría sobre la narrativa de los flujos de entrada de ETF de BTC, dada la especulación de que los fondos están simplemente negociando la base de BTC en lugar de tomar exposición directa a ETF", ha indicado Magadini.
Según este experto, hay demasiadas esperanzas puestas en que el ethereum replique los movimientos del bitcoin tras la aprobación de los ETF. En las últimas jornadas, las entradas en estos fondos se han estancado por diversos motivos, algunos relacionados con la escena macroeconómica y otros, como destaca Magadini, a estrategias de arbitraje como el 'cash and carry' (mantener una posición alcista o larga en el mercado y otra bajista o corta en el mercado de futuros) en lugar de a apuestas directamente alcistas.
"Si esto es cierto, ¿entonces el ethereum reaccionaría agresivamente al inicio de la cotización de los ETF al contado? Especialmente por un margen tan grande en toda la estructura de plazos", agrega Magadini. La estructura de plazos es una representación gráfica de la volatilidad implícita para diferentes vencimientos y suele tener una pendiente ascendente, pues se espera una mayor volatilidad a más largo plazo.
Por otro lado, este experto señala que el interés abierto (OI, por sus siglas en inglés) de ETH es significativamente inferior al de BTC, lo que refuerza su argumento de que la volatilidad está injustificada. El OI es una métrica utilizada en la negociación de derivados de criptomonedas, como contratos de futuros y opciones, y representa el número total de posiciones activas en un contrato específico de futuros, opciones de compras u otros derivados.
El OI en los futuros de ether que cotizan en la Bolsa Mercantil de Chicago (CME, por sus siglas en inglés) es de 1.600 millones de dólares frente a los casi 10.000 millones de futuros de bitcoin. Ello, apunta, podría dar a entender que el ETH todavía no ha encontrado la aceptación institucional del bitcoin, y las entradas en sus ETF al contado podrían ser modestas en comparación con la criptomoneda más grande del mercado. De hecho, los analistas de JP Morgan ya han advertido de que este escenario es muy probable.
"La verdadera respuesta llegará cuando veamos las entradas y el volumen reales del ETF. Si esto se parece en algo a la OI de CME entre los futuros de BTC y los futuros de ETH, creo que ETH todavía no tiene el entusiasmo de la corriente principal que BTC ha visto. A largo plazo me sigue gustando ETH, pero parece haber una oportunidad de negociación en torno a la volatilidad relativa "inmediata" de ETH hoy", sentencia Magadini.